Combinando disparos.
Normalmente, este tipo de juegos tiene cada uno sus estrategias a seguir para no solo superar las fases (que ya bastante suele ser en algunos casos hasta que uno le pilla el truquillo), sino que está hecho para perder cuantas menos vidas, mejor y además incluso suele haber diferentes mecánicas internas con las que obtener puntos con los que poder compararnos con otros jugadores a ver quién es el mejor.
En Ether Vapor Remaster tendremos tres tipos de disparo (uno por botón) ampliables a seis si dejamos cargando el especial. Esto da mucho juego a la hora de derrotar a unos enemigos de un modo u otro antes de que tengamos a demasiados en la pantalla que nos pongan en apuros o incluso para hacer fosfatina a algúno que otro que simplemente va de paso para tirarnos unos misiles y desaparecer, sacándonos así unos puntos extras que tanto bien hacen al marcador personal.
Con disparos teledirigidos, pero no demasiado potentes -aunque a veces siendo los únicos capaces de alcanzar ciertos objetivos y no restándosenos velocidad al movernos- con bombas que nos limpien una zona y nos hagan imbatibles por unos segundos o con disparos rápidos o potentes en línea recta o en un ángulo de 150 grados, nos las tendremos que ingeniar para superar las siete fases y no es tarea fácil, por lo que -como en algún otro juego del mismo género (véase R-type)- se nos recompensará por tiempo echado de modo que a más partidas jugadas, de más vidas podremos disponer, así como de oportunidades de continuar antes de que se nos dé el game over que nos deje sin sobrevolar ciudad alguna.
5 Respuestas a “(Análisis) Ether Vapor Remaster”