Tras pasearse con éxito por diferentes plataformas como iOS, Android, Ovi, Xbox 360, PS3 o PSP desde su creación en 2011, The Impossible Game llega finalmente a Steam para deleite de todos aquellos jugadores que quieran dar rienda suelta a su masoquismo.
Creado por FlukeDude y desarrollado por Grip Games, responsables de todos los ports del título hasta la fecha, The Impossible Game es un nuevo ejemplo del género “runner”, en el que el personaje que controlamos avanza automáticamente en scroll horizontal y simplemente tendremos que pulsar un botón para que supere saltando los obstáculos que aparecen, encarnando en esta ocasión a un cuadrado naranja que tendrá que evitar otros cuadrados negros, triángulos grises y vacíos representados por rectas negras. Pulsando una vez la barra espaciadora efectuaremos un salto mientras que si lo mantenemos pulsado saltaremos sin parar, indispensable en ciertos tramos donde deberemos superar trampas una detrás de otra sin respiro.
Poco más hay que añadir al concepto del juego, muy básico tanto en mecánica como en apartado visual y que, simplemente, busca que intentemos completar una y otra vez las distintas fases antes de que nos demos por vencidos y tiremos el ordenador por la ventana. Para facilitarnos las cosas, cada nivel posee un tema musical electrónico único que se sincroniza con la aparición de los obstáculos y que nos permite memorizar mejor cómo debemos superarlos, utilizando o manteniendo el botón de salto, por lo que se puede definir también The Impossible Game como un plataformas musical, aunque las canciones sirvan más como guía que como verdadero mecanismo indispensable de la jugabilidad.
Superar cada uno de los cinco niveles nos costará sangre, sudor y lágrimas pues el juego no dudará en ponernos las cosas difíciles con la distribución de los obstáculos, con algunos tramos que destilan verdadera malicia y que nos exigirán reflejos casi sobrehumanos, y algunos recursos sorpresivos, como invertir la pantalla o generar las trampas apenas un instante antes de que las abordemos en vez de verlas venir desde el borde de la pantalla. Si a eso sumamos que para superar cada fase debemos hacerlo sin fallar ni una sola vez, nuestra paciencia será llevada al límite.
¿Es realmente imposible The Impossible Game? No pero nos causará mucha frustración. La mayor parte del tiempo estaremos sumergidos en un esquema de ensayo y error pues, aunque la música nos acompañe, en algunos momentos no supondrá una ventaja clara para superar algunos tramos. Para ayudarnos a memorizar los recorridos tendremos la posibilidad de crear banderas con las que marcar checkpoints desde los que reanudar la partida si fallamos en algún momento, por lo que no tendremos que iniciar el nivel una y otra vez, pudiendo avanzar poco a poco. Sin embargo, en este modo desaparece el tema musical que nos guía, por lo que pierde mucha de su utilidad excepto si sólo se nos resiste una parte muy concreta del recorrido.
Con práctica conseguiremos superar sin fallos al menos las primeras fases, algo que nos llenará de mucha satisfacción y que nos motivará a seguir adelante para vencer en los siguientes retos pero los niveles son demasiado largos teniendo en cuenta que nos exigen ser perfectos, por lo que, posiblemente, The Impossible Game se hubiera beneficiado de un mayor número de ellos pero de menor duración, provocando de la misma manera una mejor curva de dificultad. De igual manera, en ocasiones aparecen algunos bugs donde nuestro cuadrado se destruirá sin motivo aparente o realizará algún movimiento extraño, a la vez de que en ciertos momentos hay que hilar muy fino para pulsar la barra espaciadora en la milésima exacta ya que, si lo hacemos un suspiro antes o después, acabaremos fallando miserablemente aunque hayamos acertado con lo que había que hacer. A pesar de que pueda formar parte de la dificultad del juego parece algo tramposo y una mejor calibración hubiera beneficiado al conjunto sin restar ni un ápice al desafío.
La duración del juego es la que le pongamos nosotros o, más concretamente, nuestra paciencia. Posiblemente mucha gente se canse de fallar una y otra vez sin recompensa alguna mientras otros disfrutarán del masoquismo de repetir el mismo nivel sin descanso, simplemente por avanzar un centímetro más. Una vez superadas las fases no existe ningún incentivo para volver a ellas pues ni siquiera hay un sistema de puntuación en el que mejorar nuestras marcas.
La gran novedad de la edición de Steam de The Impossible Game es un editor de niveles bastante sencillo de utilizar que, una vez aprendamos dónde debemos colocar cada obstáculo para que sea posible superarlos con mayor o menor soltura, da resultados satisfactorios utilizando cualquier canción que tengamos en nuestro disco duro. Sin embargo, tiene dos fallos importantes que lastran este modo. En primer lugar, no podremos comprobar la sincronización entre el diseño de nuestro nivel y la música que hayamos elegido a menos que arranquemos la versión de prueba, teniendo que cargar una y otra vez la fase para comprobar los resultados en vez de hacerlo en la propia pantalla de edición. Y en segundo lugar, sólo podremos jugar a niveles creados por nosotros mismos, sin que exista ninguna forma de subirlos o descargar online los realizados por otros usuarios, una decisión que hiere gravemente la longevidad y variedad del juego, dejándonos con la miel en los labios de un Workshop.
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Conclusiones:
The Impossible Game supondrá un reto para algunos jugadores y una tortura para muchos otros. Si bien es cierto que superar cada fase sin fallo con ayuda de la música haciendo alarde de nuestros reflejos y sincronización puede llegar a ser adictivo e incluso divertido, varios fallos en el control, la falta de contenido y la ausencia de Workshop provocan que sea un juego al que la mayoría de los aficionados apenas dedicarán unos minutos de su tiempo.