Aunque a simple vista podría parecer que el juego es de simplemente meterse de una mazmorra a otra para pegar a los enemigos y llegar a la meta sin más, para así desbloquear otra mazmorra nuevo y continuar con lo mismo, en realidad el sistema de juego es bastante complejo, mezclándose el jugar con varios personajes de manera pasiva haciendo acopio de sus magias o cambiando de personajes dependiendo de qué necesitemos en cada momento en función de su clase, arma o equipamiento en general que puedan hacer que evitemos mejor caer en trampas mortales o recibir daños o estados alterados de los enemigos, ya que además estos son muy puñeteros y van sumándose, de manera que al alcanzar cinco del mismo color, tenemos una muerte instantánea y aunque pueda parecer un número elevado, no lo es en absoluto en según qué ocasiones, por lo que o vamos tirando de objetos de un solo uso, o nos cambiamos por un personaje inmune a esto (Melize) o ya podemos ir con pies de plomo para no terminar ciegos, paralizados, debilitados, confusos y finalmente, muertos.
Técnicamente no hay nada que nos deje con la boca abierta o no nos haga pensar que el juego daría más de sí en PS Vita, donde es más fácil engancharse a esto de hacer una mazmorra tras otra al ser una consola portátil, pero sin embargo, se usan todos los botones habidos y por haber en el dualshock 3 y en ese sentido la «hermana menor» se queda algo escasa a no ser que se las ingenien para meter alguna cosa de manera táctil, como por ejemplo el cambio entre personajes.
En lo que más cambia Legasista con respecto a Cladun no es en las mazmorras en sí ni en el editor de personajes (que es casi clavado), sino en que ahora no tendremos círculos mágicos donde poner los ítems ni iremos con un solo personaje, teniendo al resto como escudos humanos, sino que todo dependerá del orden que vaya prefijado en la barra de clase seleccionada, desde donde irán unidos los ítems de equipo y accesorio y también nuestra vida, rompiéndose todo siempre de derecha hacia izquierda, pudiendo regenerar la vida dentro de las mazmorras, pero jamás el equipo que solamente volverá a estar bien una vez sobrevivamos a la batalla y nos vayamos al área de descanso, salvo en las cosas de más alto grado que en caso de romperse (son mucho más resistentes y poderosas), lo harán para siempre. Hay veces en las que varios modificadores irán antes que nuestra propia vida y otras que nuestra vida esté dividida en varios cuadrantes y con ella bloquearemos también nuestros alteradores de fuerza, destreza y defensa, el caso es probar combinaciones e irnos quedando con lo que más nos guste según nuestra forma de jugar.
8
Conclusiones:
Legasista es un juego en el que uno puede ver su parecido en algunas cosas con Zelda o Ys, pero en realidad, aunque haya bebido de ambos, es completamente original y no deja de ser un Cladun evolucionado y hormonado, con más contenido y una jugabilidad cambiada lo suficiente como para que ahora tengamos que pensar en otro tipo de estrategiar y jugar de una manera completamente diferente para completar la historia y, de paso, sumergirnos en sus mazmorras extras que no dejarán de subir de nivel y de darnos buenas recompensas si demostramos que nos las hemos ganado, ya que de lo contrario parecerá casi que hemos perdido el tiempo al perder todo el equipamiento encontrado y hacernos solo con la mitad de la experiencia obtenida.
Una respuesta a “(Análisis) Legasista”