(Análisis) Legasista

Tras dos rpg del tipo dungeon crawler lanzados en PSP (Classic Dungeon: this is an rpg y Classic Dungeon 2: this is a sequel), la compañía System Prisma se ha lanzado con la evolución lógica de esos dos juegos con algo más grande y con mayor duración y contenido para PS3 que recientemente se ha lanzado como descargable en occidente de la mano de NISA bajo el nombre de Legasista (de Meikyuu Touro Legasista en el original) y al igual que hicimos en su día con los Cladun, hoy nos ponemos manos a la obra con el análisis de este videojuego con el que aún os podéis entretener lo que queda de verano hasta que empiece la temporada fuerte de lanzamientos.

Arriesgando la vida para salvar a nuestra hermana maldita.

En Legasista no nos encontraremos con la mejor historia nunca antes contada, y de hecho es una excusa para ir reclutando personajes que nos encontremos o crearnos nosotros más o menos lo que queramos en función de ponerles su clase, ir píxel por píxel (o tirar de plantillas) para crear su cuerpo y cara y cambiarles los atributos y equipamiento antes de ir por las mazmorras a hacer el mal a los bichos, antes de que sean ellos los que decidan que seamos su objeto de distracción y la bolita antiestrés a la que golpear con fuerza. Los hay que incluso quieren afilarse los dientes con nuestros huesos, por lo que más nos vale tomar la iniciativa y no estar esperando a ver qué pasa, porque nada bueno sucederá si nos quedamos quietos pensando en qué hacer o imaginando que los bichos solo se mueven si nos movemos, porque no es así, del mismo modo que tampoco nos curamos si no activamos un hechizo o una trampa de salud que nos regenere la vida.

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