En muchos juegos contamos con aliados que nos ayudan a conseguir el éxito en nuestra misión, ya sea salvar el mundo, parar los pies a una organización terrorista, sobrevivir en una situación peliaguda o reunirnos con el amor de nuestra vida. Aliados en los que uno puede confiar, que darían sus vidas por nosotros por amistad u honor, una seguridad que nos llena de tranquilidad y gratitud. Por eso si, además de intentar detener el lanzamiento de misiles nucleares, también tenemos que cuidarnos las espaldas y detectar a los varios traidores que existen en nuestro grupo, la cosa se pone más difícil.
Lost Dimension, disponible para PS3 y PS Vita, es un RPG táctico desarrollado por Lancarse, responsables de los dos primeros Etrian Odyssey y Shin Megami Tensei: Strange Journey, entre otros. La historia nos presenta un mundo amenazado por The End, un misterioso terrorista que ha provocado la destrucción de diferentes puntos del planeta y que se refugia en una extraña torre llamada el Pilar. El protagonista es Sho Kasugai, miembro del grupo secreto S.E.A.L.E.D., integrado por personajes con extraños poderes como telepatía, pirokinesis, poderes magnéticos, levitación o teleportación y cuya misión es acabar con la amenaza… aunque no recuerdan nada de cómo han llegado al Pilar y algunos de ellos están secretamente aliados con nuestro enemigo.
El concepto del argumento tiene potencial, pues se centra en temas como la traición, la confianza, el pasado, la relación con los demás y la búsqueda de un objetivo vital, pero finalmente no lo explota, con un desarrollo muy descompensado que apenas profundiza en ninguno de ellos. Debido a que los traidores son generados de forma aleatoria en cada partida (sistema en el que profundizaremos más adelante), no se da ninguna justificación de por qué lo hacen ni se sumergen mucho en el pasado de cada uno. De hecho, el desarrollo del guión se acumula en el final, donde se dan respuestas a muchas de las preguntas que han ido apareciendo desde el principio, al igual que las partes más interesantes de lo que ocurrió antes del comienzo de nuestra aventura se encuentra en textos opcionales que encontramos en algunas fases pero que pueden pasar inadvertidos fácilmente. Así, la historia cojea ostensiblemente a pesar de algunos mimbres interesantes, desaprovechando su entorno de ciencia-ficción y la relación entre los personajes.
El apartado gráfico es bastante modesto, con modelados poligonales bastante correctos, animaciones escasas y mecánicas, escenarios vacíos, texturas mediocres, efectos especiales muy discretos y un diseño de enemigos poco inspirado y variado. En conjunto no daña la vista y permite que los combates se desarrollen con claridad pero no hay nada destacable, aunque sí sufre en muchas ocasiones de tiempos de carga cuando utilizamos algún ataque especial, llegando incluso al extremo de aparecer la pantalla de Now Loading, algo sorprendente teniendo en cuenta la poca carga gráfica, más en una consola de sobremesa como PS3. De la misma manera, en ocasiones hay bajones en la tasa de frames cuando se acumulan varios enemigos en pantalla. Todos estos factores son impensables en un juego de factura tan modesta, por lo que se deduce cierto descuido y desinterés a la hora de optimizar el rendimiento. Las escenas cinemáticas no mejoran este apartado, con pantallas donde aparecen los buenos diseños de personajes sobre fondos muy básicos y animaciones muy limitadas.
Con respecto al sonido, la banda sonora apuesta por sonidos electrónicos para apoyar la ambientación de ciencia-ficción, coqueteando con el dubstep y algunas pistas vocales, siendo especialmente reseñable la canción del combate final. Los efectos sonoros no son muy variados aunque cumplen su función y el doblaje, únicamente disponible en inglés, es algo irregular, con algunas interpretaciones más cuidadas que otras. En el reparto nos encontramos con actores como Erin Fitzgerald (Chie en Persona 4 Golden, Agnes en Bravely Default, Junko en Danganronpa, Noire en Hyperdimension Neptunia, Teepo en Tales of Xillia), Lauren Landa (Litchi en BlazBlue, Kasumi en Dead or Alive 5, Leia en Tales of Xillia, One en Drakengard 3), Grant George (Shinjiro en Persona 3) o Cindy Robinson (Labrys en Persona 4 Arena, Marina en Valkyria Chronicles, Amy Rose de la franquicia Sonic desde 2010).
La jugabilidad sigue el esquema típico del género, abriéndonos paso a través de cada piso del Pilar desarrollando la historia en escenas casi estáticas con texto en inglés e ilustraciones de personajes y peleando en misiones principales y secundarias. El sistema de combate por turnos nos permite enfrentarnos a nuestros enemigos con un grupo de seis personajes a elegir entre doce, cada uno con sus propias características tanto en estadísticas como habilidades. La pistola tiene un gran alcance y mayor probabilidad de realizar ataques críticos pero su daño base es medio, las ametralladoras permiten atacar a varios enemigos a la vez o las armas cuerpo a cuerpo son las más potentes pero obligan a acercarse al máximo a los monstruos, siendo prácticamente seguro que recibiremos un contraataque. De igual manera, según el poder especial de cada personaje, sus habilidades serán distintas, con una experta en magia de fuego, otra capaz de moverse y levitar rápidamente por el campo de batalla, otro puede enlazarse con un compañero y compartir esas habilidades, otra es especialista en habilidades de apoyo, etc.
Nuestra capacidad de movimiento se señala a través de un círculo que se va cerrando a medida que nos trasladamos a un punto del escenario. La posición de cada uno de los enemigos es importante pues recibirán mayor daño si atacamos por detrás o evitaremos contraataques si lo hacemos desde lejos, aunque es algo que también se aplica a nosotros. Además de las acciones ya señaladas y de las barras típicas de Vida y Magia, también contamos con otra que contabiliza nuestra Cordura. Ésta desciende si utilizamos habilidades especiales o recibimos daño, provocando cuando se agota que nuestro personaje entre en estado Berserk, atacando indiscriminadamente a aliados y enemigos, aumentando su daño pero descendiendo su defensa. También contamos con la habilidad Defer, que nos permite transferir el turno de un personaje a otro que ya haya acabado el suyo. Por último, si varios personajes se encuentran cerca los unos a los otros, pueden apoyarse mutuamente cuando uno se enfrente a un enemigo gracias a los Assist Attack, que se activan automáticamente y permiten cadenas de ataque.
Todos estos elementos permiten unos combates que, sin ser de los más complejos en el género, sí son de los más dinámicos, gracias a la libertad de movimiento y, especialmente, a las habilidades Defer y Assist Attack, haciendo que tanto los turnos como las peleas pasen deprisa y eviten esa lentitud y densidad que acaban aburriendo y abrumando en otros juegos, siendo especialmente adecuado para la naturaleza portátil de la PS Vita. Además, cada personaje está bien diferenciado de los demás gracias a sus habilidades específicas, por lo que conseguir que todos conjuguen bien es muy satisfactorio, especialmente cuando explotas cada una de sus fortalezas para minimizar sus debilidades y maximizar el daño al enemigo. Además, no hay necesidad de un grindeo descarado para poder avanzar en la misión principal ya que, aunque sigue siendo recomendable realizar por lo menos una vez cada aventura secundaria, podemos superar cada piso con nuestra mera habilidad, la experiencia por defecto y un poquito de suerte. Eso sí, como punto negativo los mapas son poco variados y casi todos se reducen a eliminar a los enemigos, desaprovechando el potencial de interruptores y puzzles que se entreve en algunas misiones, cayendo en lo repetitivo.
Después de cada combate, además de ganar puntos de experiencia y dinero, se activa el modo más novedoso de Lost Dimension: el sistema Traidor. El protagonista es capaz de escuchar los pensamientos de cada uno de sus aliados, detectando algunos pertenecientes a alguien leal a The End pero sin saber quién exactamente. Para poder descubrirlo, en una pantalla se señalarán cuántas voces sospechosas se han detectado hasta un máximo de tres, marcando a los sospechosos. Así, debemos ir cambiando nuestros compañeros de lucha para, a través del ensayo y error, marcar quiénes son. Una vez hecho, podemos confirmar quién es el traidor gastando Puntos de Visión, que nos permiten meternos en el subconsciente de un aliado y, mediante un sencillo minijuego, saber si ha cambiado de bando. ¿Por qué debemos hacer ésto? Porque para superar cada piso del Pilar tenemos que pasar un Juicio, consistente en una votación en la que el grupo elige al presunto traidor para que sea eliminado. Si acertamos, el personaje admitirá su culpa; si no lo hacemos, seguirá con nosotros hasta que le detectemos, uniéndose a los otros traidores y luchando contra nosotros en el combate final. Si queremos influir en los votos de los demás para dirigirlos a quien pensamos que es el traidor, basta con dejar a ese personaje fuera de los combates para así mejorar la relación entre los que están presentes.
Este sistema, a priori interesante, está explicado de forma horrorosa en los tutoriales del juego, sin ni siquiera indicar cómo funciona exactamente ni cuál es el máximo de voces sospechosas que puede haber, por lo que prácticamente tenemos que dominarlo sobre la marcha o acudir a alguna guía de Internet. Una vez sabemos cómo funciona, no deja de ser un añadido más sencillo de lo que parece cuya principal incidencia es que nos obliga a desarrollar a todos los personajes por igual para que el grupo no se descompense cuando perdamos a uno y a repetir misiones secundarias para ir delimitando a los sospechosos, momento que aprovecharemos para ganar más niveles de experiencia. Además, una vez se elimina a un traidor, podemos equipar sus habilidades en otro personaje al utilizar la Materia que deja atrás, por lo que el trabajo que hayamos invertido en él o ella no se pierde. Eso sí, cada traidor se genera de forma aleatoria, de forma que cada partida es diferente pero influye negativamente en el argumento pues, debido a esa naturaleza aleatoria, el juego no se preocupa en justificar a ninguno de ellos, cortando repentinamente el desarrollo de la historia, sin que vuelva a ser nombrado en el futuro ni cambie el guión de ninguna manera.
Entre combate y combate no sólo intentamos descubrir al traidor sino que también podemos hablar con cada personaje para descubrir su trasfondo y aumentar nuestra afinidad con él o ella (lo que redunda en la frecuencia de Assist Attack en las peleas), desbloquear nuevas habilidades en el árbol de cada aliado y comprar equipamiento.
La duración del juego es de unas 20 horas si nos entretenemos con las misiones secundarias, algo escasa para lo que es el género y que nos deja la impresión de que termina justo cuando las cosas empiezan a ponerse interesantes. Eso sí, para desbloquear el final verdadero debemos superarlo al menos dos veces ya que es obligatorio maximizar nuestra afinidad con cada uno de nuestros compañeros. La dificultad no es elevada por lo que es casi imposible que nos atasquemos en un combate y debamos grindear como locos durante horas y horas.
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Conclusiones:
Lost Dimension es un RPG táctico que ofrece algunas mecánicas interesantes y unos combates dinámicos y sencillos que favorecen la diversión pero que cuenta con un apartado gráfico mediocre, un argumento desaprovechado, poco contenido y profundidad, un sistema Traidor irregular, malos tutoriales y una duración escasa.