Con más de 3,3 millones de copias vendidas durante los primeros tres días desde el lanzamiento de Marvel’s Spider-Man, este exclusivo de PlayStation 4 se ha convertido en todo un fenómeno mediático. En SavePoint también nos hemos enfundado las mallas y la máscara, hemos recorrido Manhattan de punta a punta y podemos afirmar, sin dudarlo ni un momento, que nunca había sido tan divertido encarnar a Peter Parker.
El mayor superventas de la editorial Marvel, su buque insignia, tiene un juego que le hace justicia. En Insomniac han demostrado que sabían muy bien lo que se hacían, que han estado leyendo multitud de cómics del «hombre-araña» y que toda su labor de investigación ha dado sus frutos en un producto único. Han sabido hacer algo que gustará a neófitos y a fans de ese vecino y amigo que llevaran en este fandom desde cualquier momento a partir de su debut en agosto de 1962.
Estamos en un punto álgido del MCU. Es una etapa especialmente dulce para Marvel pues están en boca de todos y no solo por sus viñetas, también por sus fotogramas. Este videojuego tiene su propia línea temporal, sus propias ideas, su propia historia, su propia esencia. Aun así, se han cogido elementos y cosas de los cómics y está narrada, en parte, como una película. Eso sí, está dividida en actos, como si fuera una obra de teatro.
Al ser todo completamente nuevo, es amable con cualquiera que quiera acercarse, por curiosidad o fanatismo con este superhéroe. No es necesario haberse leído números y números donde aparezca, sean de cualquiera de sus series o de otras donde también se haya colado.
Quien conociera la parte plataformera de acción de Insomniac, concretamente a través de su saga Ratchet & Clank debe esperarse unos controles similares y un sistema de artilugios prácticamente calcado del de esa saga de la que hace tanto que esperamos una nueva entrega. De hecho es bastante intuitivo, flexible y veloz para que podamos realizar una buena variedad de ataques y disfrutemos de las acrobacias del joven científico dispuesto a jugarse el pellejo para ayudar a los más necesitados. Cosa que haremos como Spider-Man y como Peter Parker. Con su identidad secreta acude a cualquier lugar, por peligroso que sea, para detener a los malhechores. Con la pública ayuda en un centro comunitario en el que trabaja su tía May.
Al salir del apartamento de Peter, situado en la zona de China Town en Nueva York, nos daremos cuenta de cómo nos trasladamos realmente a esa ciudad. La isla de Manhattan, por donde nos moveremos durante toda la aventura, se ha recreado a la perfección de un modo fidedigno con la realidad, aunque se han incluido también localizaciones especiales para los fans de Marvel. La agencia de detectives de Jessica Jones, el dojo de Danny Rand o la sede del diario Daily Bugle son algunos de esos lugares que se han colado entre el puente de Brooklyn, Times Square o Wall Street. Deslizarnos por las calles reconociendo lugares reales o ficticios es una gran experiencia tanto si vamos correteando como haciendo parkour o balanceándonos con nuestras telarañas; todo depende de si preferimos ir a ras de suelo saludando a la gente o meternos a toda velocidad entre los edificios, trepando por ellos y contemplando el panorama desde bohardillas, postes eléctricos y árboles.
Los guiños no terminan simplemente con esos lugares destacados a los que podremos hacer fotografías y que nos sacarán una sonrisa. Si nos ponemos a hacer extras más allá de tomar bases, atrapar a delincuentes y fotografiar sitios emblemáticos, nos encontraremos con unas cuantas cosas más. Desde las misiones de la Gata negra, hasta las del Taskmaster, sin olvidarnos de lo más entretenido y divertido de todo: la búsqueda de mochilas escondidas de Peter con artículos variados que van desde notas o panfletos de publicidad a peluches, tarjetas de visita o todo tipo de objetos sobre los que no faltará un comentario sobre aquello que evoca a su dueño tras encontrarlo tiempo después.
Todo esto no se disfrutaría del mismo modo si la historia no estuviera bien hilada. No tendríamos el menor interés en perdernos por las calles realizando misiones secundarias, subiendo el nivel de nuestro héroe y sus artilugios si argumentalmente no valiera la pena. Afortunadamente todo está bien escrito, cada de uno de los personajes está bien desarrollado y tiene un gran trasfondo y además tenemos el aderezo adicional de los chistes continuos. Debemos sumarle un doblaje en castellano de calidad sobresaliente y que técnicamente parece que estemos ante una película y ya lo difícil es despegarse de la pantalla hasta después de los vídeos de crédito; de los dos.
Podríamos pensar que quizás sólo manejamos a Spider-Man, vamos con el traje nuevo de la portada, disparamos un par de telarañas y poco más. En absoluto. Es cierto que a quien más tendremos en pantalla es al arácnido, que para algo el juego lleva su nombre, pero también podemos controlar su versión con identidad pública (Peter Parker) para hablar con distintas personas y llevar a cabo investigaciones en el laboratorio de Otto Octavius, donde nos relajaremos de la acción dándole al coco con dos tipos de puzles diferentes.
Aunque como Spidey podemos optar en muchas ocasiones por ir a saco o tirar de cautela (salvo en algunas misiones extra de Taskmaster donde es obligatorio acabar con los enemigos infiltrándonos en un campamento sin ser vistos) dejaremos de lado al protagonista porque tenemos la vertiente sigilosa pura a través de dos personajes: Miles y Mary Jane. Cada uno de estos personajes tiene su manera de solucionar las cosas, de escapar de los enemigos al no poder luchar. Ambos son bastante inteligentes de modo que tendrán sus herramientas para salir victoriosos de situaciones adversas que vendrán a modo de pequeños capítulos dentro de la historia alternados con los de acción más pura.
9,5
Conclusiones:
El mejor juego de Spider-Man hasta la fecha ya está aquí. La conjunción entre misiones de la historia y secundarias sería perfecta si no hubiera tantas prácticamente calcadas. Por lo demás es casi redondo. Tiene buen equilibrio en la narración de los actos para finalizar cada uno con un tirón fuerte sin llegar a tener bajones considerables nunca. El final es intenso, emotivo y humano.
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