(Análisis) Max Payne 3

Pese a ello tiene momentos únicos, momentos espectaculares dignos del mejor cine de acción. En este aspecto Rockstar se asoma con Max Payne 3 al mundo del cine sin complejos, sin servilismos (lo contrario que hace con la proliferación de vídeos innecesarios), ofreciendo unas escenas de enorme plasticidad y momentos jugables únicos. Ese momento en el que usando un objeto del escenario se ralentiza la cámara y Max (nosotros) es capaz de hacer una matanza en apenas un segundo. Al igual que esas secuencias jugables cinematográficas, otro punto muy positivo es el diseño de niveles. No solamente por la variedad de escenarios, sino por la inteligencia de su planteamiento. Hay un elemento invisible en todos ellos que los hace funcionar, cierta audacia sin locura.

El multijugador y algunos modos extra individuales son el añadido perfecto para quien busque pasar horas con el juego. Al igual que los coleccionables, algunos son documentos que aportan más información a la historia y otro son armas doradas que son simplemente eso, coleccionables. El multijugador es muy similar al de cualquier juego de acción, recoge los elementos que instauró en esta generación Modern Warfare y que todos los juegos del género han repetido.

8

Conclusiones:

Max Payne 3 es un juego de acción muy atractivo y divertido, con unos valores de producción que más lo quisieran la inmensa mayoría de juegos en el mercado. Es un título con momentos espectaculares y realmente inspirados, tan variado como lo puede ser un shooter. El tiempo bala y los analgésicos traerán buenos recuerdos a los fans, al igual que otros guiños. Lástima que un juego sobresaliente se vea ensombrecido por la insistencia de escenas cinematográficas que nada aportan al jugador y que interrumpen la acción.

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