Los personajes están repletos de detalles y es un auténtico placer verlos moverse, gesticular y ver cómo sus cuerpos y sus ropajes sufren las secuelas del combate mortal. Los efectos visuales para las diferentes técnicas muestran juegos de luces coloristas y bien presentados, aunque en algunos puntos no están a la altura del resto del juego.
Donde el juego resulta sobresaliente es en el diseño de niveles. Escenarios cambiantes repletos de detalles, elementos que afectan al combate y demás exquisiteces que, sin llegar al soberano nivel alcanzado por otros títulos, harán que en más de una ocasión el rival nos cace con la guardia baja mientras nosotros observamos distraídos lo que ocurre en el escenario.
La sangre sigue resultando tan exagerada como en todas las versiones anteriores de la saga, resultando un signo distintivo aunque poco realista. Posiblemente sea el punto que menos ha convencido en la redacción de savepoint, llegando en algunos momentos a parecer gelatina.
Remarcar que los efectos mostrados cuando desatamos un ataque de Rayos X, en los que vemos cómo afectan nuestros golpes a nivel interno a nuestro enemigo, resultan impactantes. En más de una ocasión tendremos la sensación de estar viendo un capítulo de alguna serie médica de prestigio.
Una respuesta a “(Análisis) Mortal Kombat”