De mecánica simple y argumento cómico sin buscar sorprender a nadie, pero que funciona bastante bien. Puesto que el juego, es verdaderamente desafiante al tener varias cosas para hacer (matar a los enemigos saltando sobre sus cabezas sin usar armas, sobrevivir a un número determinado de metros, hacer un mínimo de puntos, etc.). Y además uno siempre puede intentar superar sus récords personales en el modo libre y hacerse con todas las medallas internas del juego, que vendrían a ser los trofeos, pero sin que se nos unan a la cuenta de PSN por ser tan sólo un mini.
Algo que debéis tener en cuenta es que cada mil metros recorridos hay un checkpoint desde el que volver a empezar en caso de morir y pensar que uno puede hacerlo mejor; que cada cinco saltos sobre la cabeza de un enemigo obtendremos un plus de puntos o una vida -dependiendo de las fases y cómo estemos de vidas- y que siempre que matemos a los rivales uno tras otro, se nos irán sumando a modo de cadena, excepto si perdemos un corazón o sin querer disparamos a algún bicho de los pocos que salen que no son malos. Las cadenas nos irán dando muchos más puntos y de esa manera podemos obtener, quizás, la mejor marca personal.
7,5
Conclusiones:
Para ser un juego independiente de un pequeño estudio y sin hacer una obra de grandes pretensiones, cumple con creces este One Epic Game. Las referencias a cosas como Regreso al futuro, sus particulares diálogos de la historia y los distintos desafíos a realizar, hacen que uno se mantenga entretenido y divirtiéndose durante el tiempo que vea necesario. Además es de estos juegos de partidas rápidas que siempre pueden retomarse tiempo después de dejarlos olvidados, ya que es tan simple en su mecánica que uno volverá a controlarlo como antaño sin problemas.
Una respuesta a “(Análisis) One Epic Game”