En este Paper Mario: Sticker Star todo es cuestión de fijarse un poco para determinar qué pegatina es al menos útil contra los enemigos contra los que estemos y, de paso, mirar cuándo brilla nuestro Mario o lo que lleve cogido, para asestar más de un golpe y armar las de San Quintín. Además, si no nos vemos muy hábiles o no confiamos en nuestros reflejos, siempre podemos optar por ir cargados de setas para curarnos si nuestra vida está muy baja y, como nos recomendaría nuestra acompañante Tina, no hay nada mejor que hacer buenas acciones por ahí ya que siempre tendrán su recompensa en forma de pegatinas especiales o de corazones que nos suban la vida permanente, como si de Link en Zelda se tratase, aunque eso sí, esto de los corazones es lo que más costará y no será raro que se os escapen unos cuantos en la primera partida que tiene una duración como la de muchos otros juegos de rol -entre 30 y 40 horas- a pesar de ser este bastante diferente a los que no sean de Nintendo e incluso con sus peculiaridades dentro de los de Mario.
Siendo un juego de Nintendo para una de sus consolas, obviamente el aspecto gráfico está muy cuidado, teniendo un 3D muy bueno que no cansa en ningún momento y que luce de maravilla con todos los papeles y los cambios de plano, escena y vídeos tan de papeles plegándose o formando cosas nuevas. Por supuesto, la traducción al castellano también está a la altura de lo esperado, con una muy buena localización en la que quedan patentes las bromas y el humor de esta nueva historieta y de cómo se comportan en ella cada uno de los personajes.
7
Conclusiones:
Paper Mario: Sticker Star es un juego divertido para Nintendo 3DS, pero que no está ni de lejos a la altura de los de sobremesa porque su humor no es tan afilado, su historia es más simple y, sobre todo, porque es muy sencillo ir pasándose las fases sin ni siquiera luchar más que contra los jefes finales de los castillos al no haber ni subidas de nivel, tan solo el poder de las pegatinas para hacer cualquier acción, ya que sin ellas, Mario se quedará mirando a la nada y ni se moverá.