Además de ir con nuestro protagonista y con aliados varios propios de la historia, también podremos (y deberemos) pasar por la taberna para crearnos más personajes que puedan ayudarnos en nuestra aventura. Allí haremos como con el protagonista, pero con personajes menores. La diferencia está en que podremos crear tantos personajes como dinero tengamos y además pagar para que suban de nivel para que así no empiecen de cero y esto es especialmente útil cuando uno ya lleva bastante avanzado. Podemos tener un montón de personajes en recámara entre el protagonista, los de la ruta y los creados, pero en combate solo podemos utilizar un máximo de ocho y nos tocará pensar muy bien en qué acciones tomar y qué movimientos hacer, si no queremos incumplir los objetivos marcados de cada misión y tener que reintentar un escenario entero o más, si no hemos guardado.
Como es un rpg táctico, todo esto de las estrategias y de los distintos personajes es algo de lo más normal y con lo que los aficionados del género ya cuentan por defecto. Pero este juego tiene sus propias formas de hacer las cosas y se diferencia lo suficiente de Final Fantasy Tactics, Tactics Ogre, Disgaea o Fire Emblem, aunque al mismo tiempo tiene elementos de ellos, como los propios del género en sí (evidentemente) o el hecho de que haya un mapa y podamos hacer un montón de misiones extras sueltas para conseguir distintos finales o simplemente para que nuestros personajes tengan más experiencia y suban de nivel. También, por su complejidad y su sistema de movimientos, equipamientos, obtención de cartas y un largo etcétera, lo mejor que podéis hacer y que os recomendamos es que estéis atentos a los tutoriales y guías en que se explica dentro del propio juego y que si tenéis dudas, las reviséis más adelante, ya que al principio se suelta demasiada información de golpe sobre la jugabilidad y eso puede ser algo confuso. Creemos que eso debería haberse hecho de un modo algo más escalonado o con ejemplos gráficos.