[Análisis] Railway Empire

La estrategia y la gestión de recursos siempre han estado ligados al mundo del PC. En una época en la que apenas hay línea que diferencie los juegos de ordenador y los de consola nos ha llegado Railway Empire, una apuesta divertida para PS4, Xbox One y PC en el que montaremos nuestra propia red ferroviaria para comunicar distintas ciudades de Estados Unidos, haciéndolas crecer con nuestras inversiones al hacer que sus ciudadanos puedan viajar a otros lugares o hacer uso del comercio en los vagones de mercancía.

Los fanáticos de los trenes, ya no precisarán de algún lugar con mucho espacio para montar sus maquetas de trenes y hacer que estos hagan recorridos por ellas. Ahora el límite está en la cantidad de horas que queramos dedicarle a Railway Empire en su modo libre una vez dominados sus entresijos que veremos previamente en su campaña; como compartir vías, incluir semáforos, pasos a nivel o bifurcaciones, para no hacer gastos innecesarios y dejar todo lo más bonito que esté en nuestra mano.

Los primeros compases, nos muestran que Railway Empire es un juego muy extenso, con una campaña dividida por distintas regiones de Estados Unidos donde tendremos que comunicar tanto pequeños pueblos como grandes ciudades como precisemos conveniente. El tutorial tiene instrucciones algo confusas y una traducción que no ayuda a que nos quede del todo claro —en ocasiones— qué es lo que debemos hacer, así que tendremos que aprender a jugar, realmente, a nuestro ritmo probando para qué vale cada cosa, aunque sin estresarnos en demasía por más que el tiempo dentro del juego avance ya que los rivales del modo campaña no nos deberían suponer un gran problema a poco que realicemos unos cuantos viajes tanto comerciales para darnos a la compra-venta de recursos como los de pasajeros que, por supuesto, pagarán su billete.

Pasado el estrago inicial, nos encontraremos con muchísimas opciones dentro de este juego casi abrumador por su contenido. Las mejores partidas las disputaremos siempre en el modo libre, donde cada vez tendremos una nueva experiencia, al contrario de lo que podría suceder dentro de la campaña. Con diferentes personajes para que escojamos el que más nos guste por diseño o por su ligera ventaja en algún aspecto que se ajuste a nuestro estilo de juego, nos abriremos camino a través de esas vías que construiremos de cero una vez marcadas al menos dos estaciones, para que nuestro tren circule entre ellas a la velocidad que la máquina pueda alcanzar. Al desarrollar diferentes tecnologías, y si vamos teniendo un índice positivo en nuestra economía, nos haremos con mejoras en las infraestructuras y por supuesto con nuevas máquinas a nuestra disposición, teniendo nada menos que 40 trenes diferentes. Lamentablemente no se nos cuentan cosas acerca de ellos con respecto a cómo eran en la vida real, como tampoco se nos pone en situación sobre distintos hechos que ocurrieron durante el siglo XIX en América; una pequeña oportunidad desaprovechada que dotaría de más interés la experiencia si estuviera integrada una pequeña enciclopedia dentro.

Desde el trazado de nuestra vía, que será más barato cuantos menos metros recorra y más llano esté el terreno, hasta quién conducirá nuestro tren. Asi es Railway Empire, un juego en el que seremos nosotros los que decidamos todo, salvo las noticias que nos llegarán de vez en cuando en los periódicos, donde se habla, en tono de broma, sobre nuestras hazañas, buenas o malas. Son muchos aspectos a tener en cuenta, un buen abanico de opciones a la hora de desarrollar tecnologías e incluso de ofrecer contratos de trabajo a conductores, revisores o técnicos de mantenimiento. Que progresemos adecuadamente está tan solo en nuestra mano, en tomar las decisiones correctas para comunicar Estados Unidos de costa a costa, en cualquier dirección, para tener la más grande de las compañías ferroviarias y tardar el menor tiempo posible en llegar a cualquier destino tanto con viajeros como con bienes, a los que deberemos prestar atención pronto si no queremos tener demasiada cerveza en nuestros almacenes o un déficit de carnes.

Técnicamente es vistoso con un doblaje al castellano correcto y con una gran cantidad de detalles gráficamente hablando, donde destacan (como no podía ser menos) los modelados y el cuidado de vías, estaciones y locomotoras.

7

Conclusiones:

A pesar del gran número de aficionados a los trenes, de gente que sueña con ser maquinista o del éxito que han tenido siempre las maquetas de este tipo de vehículo, no existen demasiados videojuegos en los que crearnos nuestras rutas y decidir qué trenes circulan por ellas. Railway Empire es una buena propuesta. Interesante, con mucho mimo y una gran documentación detrás, fácilmente le echemos decenas de horas pese a que el juego a veces no sea amable con nosotros, especialmente cuando nos referimos a la IA, que tendrá cierta ventaja en su crecimiento sobre el jugador humano.

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