[Análisis] Senran Kagura: Reflexions

Tenemos un nuevo título de Senran Kagura en occidente. Esta vez se trata de Senran Kagura: Reflexions un spin-off que en nada se parece a ninguno de los lanzados con anterioridad. No tenemos peleas un beat’em up con ninjas, ni peleas de «miss camiseta mojada» por pegarse con pistolas de agua; sino que tiramos por otros derroteros.

Disponible en exclusiva para Nintendo Switch a un precio de 10 euros, tenemos un juego base con una heroína si quisiéramos más, podemos comprarnos mediante DLC el tener a otras con sus respectivos trajes.

Poniendo en antecedentes, la serie Senran Kagura siempre ha destacado por su alto nivel de erotismo. Después de ver cómo en los juegos de la serie regular a las chicas se les rompía la ropa con cada golpe recibido y que podían terminar luchando con tangas minúsculos y un par de tiritas semi-transparentes en los pechos para tapar los pezones, muchos pensaban hasta dónde se podía llegar. Entonces llegaron varios spin-off entre los que destacaba el de cocina y ritmo (Senran Kagura: Bon Appetit!), pues ahí se podían meter dentro de un plato y ser tu postre al estar desnudas (o aparentarlo) y aparecernos recubiertas de nata y fresas que justo tapaban las zonas clave.

Lo que ya en ese punto parecía un imposible, ha llegado ahora más allá con Senran Kagura: Reflexions. Un juego de reflexología pensado para dar placer a través de nuestras manos a Asuka o a cualquiera de las otras chicas que podemos comprar como DLC.

Un buen día Asuka nos dice que no se encuentra bien y nos pide que le demos un masaje. Esto que comenzará como una sesión de reflexología pura terminará siendo bastante cuestionable. Con esto queremos decir que en teoría nos íbamos a centrar en buscar puntos de presión en sus pies y manos que se correspondieran con las distintas zonas doloridas de su cuerpo. Sin embargo, finalmente nos da alas para que nos dejemos de historias y vayamos directamente a tocar cualquier punto sin miramientos.

Por tanto, comenzaremos por presionarle las manos, pero después terminaremos golpeando y pasándole objetos como cepillos o masajeadores que parecen vibradores por cualquier parte del cuerpo. Ella, según vaya sintiéndose bien nos lo indicará con todo tipo de gemidos y diciendo cosas como «qué gustito».

La historia de este título brilla por su ausencia. De hecho tiene mucho más texto y peso argumental cualquier otra entrega de Senran Kagura que el aparecido en este spin-off. A pesar de estar presentado como una novela visual, no se han currado nada ese apartado.  Lo de los minijuegos de masajes es lo único en lo que la desarrolladora se ha esforzando algo. Dicho de otro modo, tan solo tenemos a una ninja adolescente con dolencias musculares por forzar el cuerpo con sus entrenamientos regulares a la que vamos a procurar ayudar y argumentalmente no hay más que esa pequeña queja unida a la satisfacción tras cada masaje, que se refleja en colorines, simbolitos y estrellitas que aparecen en pantalla al realizar nuestra labor. Es decir, que no podemos esperarnos ningún desarrollo o algo que nos vaya a sorprender y que tan solo tenemos una mera excusa para liberar se sus molestias y estrés a la protagonista de la academia Hanzô, que lo es a su vez aquí. 

El juego está hecho por y para el fanservice. Todo lleva a cosas que se pueden interpretar de otra manera; al terreno sexual. No sólo podemos vestir como queramos (dejándonos llevar por diferentes fetiches indumentarios) y magrear los senos o azotar el culo de la protagonista y que ella nos dé su beneplácito, sino que ella incluso fantaseará mientras tanto. Al tocar su cuerpo su mente volará haciendo que se imagine como nuestra hermana pequeña, nuestra profesora, una ídolo de masas o una guerrera en un rpg.

Senran Kagura: Reflexions es un juego cortito, que tardaremos media tarde en completar incluso si queremos rejugar fases para completar todos los coleccionables. Estos coleccionables, como es habitual en Senran Kagura no son más que trapitos para vestir a nuestra chica de un modo que nos guste para el modo libre y/o hacerle fotos en el diorama, donde también podemos ponerla con otras chicas si las hemos comprado aparte con dinero real. No hay ningún objetivo más allá de ver a Asuka con distintos trajes poniéndose en diversas posturas. De hecho, podemos jugar con botones o separando los joy-con para utilizar los sensores de movimiento como si fueran una extensión de nuestros brazos. En cualquier caso, notaremos distintos niveles de vibración a través de esos mandos de Nintendo Switch, por lo que podríamos considerar este juego como una demo técnica de 10 euros de esa vibración de alta calidad de la que se enorgullecen sus fabricantes.

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Conclusiones:

A Asuka puede irle bien con los masajes de Senran Kagura: Reflexions, pero el dolor de los jugadores que se esperasen algo más elaborado no desaparecerá tan fácilmente. Sencillo, repetitivo en demasía pese a ser tremendamente corto y sin más aliciente que el de ponerle ropas a una chica y tocarle todo ese cuerpo serrano con la excusa de aliviarla de todo mal es lo único que encontraremos en este juego que no es más que una pequeña demo técnica de la vibración de los joy-con con una modelo animada.

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