Los tableros son el campo de batalla de las cruentas guerras.
La mecánica del juego es sencilla, aunque con multitud de opciones y muy elaborada. Tendremos un tablero para movernos por él cuando sea nuestro turno y dependiendo del personaje al que controlemos y de la clase que éste posea, podremos realizar unas acciones u otras, además, los arcanos mayores podrán ayudarnos también, haciendo por ejemplo alteraciones en el tiempo para retroceder turnos evitando que sucediera algo fatídico o yendo hacia delante para agilizar un poco la lucha.
Cada combate se vence de una manera, a veces bastará con dialogar con el bando contrario para llegar a un acuerdo e incluso firmar una alianza temporal, mientras que otras tendremos que acabar con su líder, provocar un número determinado de bajas, etc.
En cualquier momento estaremos habilitados a cambiar de profesión cualquiera de los personajes que tengamos bajo control en nuestro equipo, aunque esa acción hará que el personaje comience desde el nivel uno en su nuevo trabajo, guardándose los niveles del anterior por si queremos volver de nuevo a ser guerreros, magos, o lo que fuera, entre sus muchas clases diferentes.
Los conjuros se compran, puesto que van escritos sobre un pergamino y hemos de memorizarlos con los personajes para poderlos realizar. Y las habilidades que tengamos, se equipan de manera independiente, ya que cada una de ellas gasta una ranura, además, éstas se obtienen gastando puntos específicos para ellos que se consiguen tras realizar con éxito misiones.
Buf, encuentro que tiene demasiadas cosas y se vuelve lioso, sobretodo la primera vez que puedes entrar en una tienda y no puedes comparar allí las armas y el equipo en venta con el que lleva tu grupo.