(Análisis) Tetris 3D

Los modos locales son como en online en cuanto a jugabilidad. Creas una sala o vas a una ya creada y eliges entre jugar con objetos o sin. Te cuenta victorias y derrotas de manera independiente, no hay puntos. Y bueno, está muy bien que puedas invitar a amigos a través de descarga 3DS sin que tengan su cartucho, algo de lo que tendrían que tomar nota con otros tantos juegos que tienen cooperativo (o deberían tenerlo) y que no incluyen.

Clasificaciones y personalización.

Podemos personalizar nuestro avatar cogiendo a nuestro Mii y poniéndole una vestimenta de entre las seleccionables y eligiendo un baile para él para su victoria. También, antes de jugar cualquier partida a cualquiera de los modos, se nos permite cambiar el fondo de pantalla que vamos a querer tener y también hay muchas canciones para que hagamos sonar la que prefiramos. Por otro lado, el juego gráficamente es normalito, lo que se espera de él, y su 3D pues no es necesario para nada, uno no se lo flipa más por tenerlo activado, no como en otros juegos que sí ocurre, como en Samurai Warriors Chronicles, por citar uno.

Cada modo de juego tiene clasificatorios locales para que uno mismo vea sus récords y también tablas online para compararse con jugadores de todo el mundo. Eso está muy bien para los que tengan afán de superación.

No son pocas las comparaciones que se ha hecho de Tetris con la vida real, desde lo que es saber colocar bien algo, hasta decir que es una metáfora de la vida y que a uno le llueven palos de vez en cuando y tiene que saberlos encajar lo mejor posible y esta vez, con tantos modos de juego, es como si uno tuviera que sortear más obstáculos y afrontar mejor los palos, unido a saber amueblar mejor las ideas en la cabeza, o las fichas -tetriminos- que nos vayan cayendo.

7

Conclusiones:

Tetris ha vuelto a entrar calladito, sin hacer mucho ruido, pero se prevee como uno de esos juegos estrella en quedadas o reuniones con amigos, a pesar de que tiene sus fallos en cuanto al uso de objetos y cómo son estos o a lo mal que se controlan las piezas a veces, viendo cómo ciertas zonas a las que deberíamos tener acceso quedan lejanas e incluso cerradas por no poder ir girándolas tantas veces como queramos hasta colocarlas, que es algo que sí podíamos hacer en otras entregas.

Por supuesto, el juego sigue siendo adictivo y sus nuevos modos de juego party, para partidas mucho más cortas e incluso en ocasiones sencillotas, también tienen su aquel.

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