Lara esta vez no es una heroína que está acostumbrada a andar por despeñaderos, pegar saltos imposibles o matar sin titubear, ni siquiera lleva armas encima y quizás si hizo daño a ser vivo alguno, antes de verse forzada a sobrevivir en la isla como sea, fue a una planta por olvidarse de regarla o por podarla mal. Sin embargo, con cada peligro que se encuentre, irá dejando a la frágil y llorona niñita de lado y se irá convirtiendo en una mujer decidida y arrojada que, aunque sienta mucho tener que matar animales, lo necesita para poder comer y aunque ni en sueños se hubiera imaginado que tendría que cargarse a un humano, los terminará derribando a docenas para no ser ella la aniquilada por todos los demás que, al contrario que ella, no tienen escrúpulos y son de lo más peligrosos.
Tomb Raider tiene un ritmo muy bueno y al principio iremos despacio para aprender a movernos, comprender un poco de qué manera alcanzar ciertos sitios, explorar el entorno, hacernos a los controles con la caza para, posteriormente, poner en práctica eso mismo en combates con un shooter en tercera persona con coberturas y distintas armas… Es muy inteligente el sistema y completamente inmersivo, en cuanto uno se quiere dar cuenta ya está de lleno pegándose por mejorar las armas que lleva o pensando en qué gastarse el punto de habilidad que ha conseguido, priorizando siempre lo que creamos más conveniente según nuestro estilo de juego, aunque si queremos encontrar todas las tumbas extras, reliquias y superar todos los desafíos, tendremos a tope todas las habilidades y también todas las armas antes de que nos demos cuenta, entre viaje y viaje a las distintas zonas.
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