minori, creadores de Ef, eden* o Supipara, no han pasado por buenos momentos financieros. La situación les ha obligado a tomar la dura decisión de no realizar más juegos, al menos por el momento, puesto que la empresa continúa existiendo para dar soporte a lo ya lanzado. En sus últimos estertores estuvieron trabajando en Trinoline, juego que se encuentra también ya en el mercado occidental. Dicho título, al igual que las anteriores novelas visuales mencionadas, nos ha venido de la mano de MangaGamer, quienes lo comercializan desde su propia página web y a través de Steam. En el primer lugar podemos encontrarnos tanto la versión para todos los públicos como la de adultos; en el segundo, tan solo la apta para menores, aunque siempre podemos bajarnos gratuitamente un parche +18 desde su portal.
Trinoline es bastante diferente a sus anteriores juegos. Esta vez se han volcado en un juego de citas. Eso sí, uno con un buen apartado gráfico con unas ilustraciones cuidadísimas, pues les gusta ser de los más punteros en el género en cuando a sus CG y diseños de personajes. En ese plano es de lo más atractivo, pese a que —como sucede siempre en las novelas visuales— en muchas ocasiones tengamos fondos planos que se repiten, como clonados, mientras los personajes caminan. No obstante, por muy currado que tengan ese aspecto del que otros parecen olvidarse (pese a estar incluido en la nomenclatura del estilo de juego) una vez más han pecado de poner senos siliconados a sus féminas. Estos no solo parecen globos debido al gran tamaño, la comparativa con ellos se debe también a que no se mueven como lo harían unos pechos de verdad, ya que siempre se muestra una forma completamente esférica y están orientados hacia delante, incluso cuando los personajes se tumban, por lo que muy a pesar de Newton, la teoría de la gravedad no la han tenido en cuenta y han optado por poner algo irreal, creyendo que artísticamente podría funcionar mejor. El choque es tal al verlo que, obviamente, se han equivocado.
Acústicamente, tanto la banda sonora como los efectos ambientales son correctos. Tenemos melodías calmadas que pegan con un juego dramático y romántico como este. Las voces una vez más tan solo las hay en los personajes femeninos. Estas son más que aceptables, pues las interpretaciones acompasan cada escena dotándolas de mayor énfasis, tal y como nos tienen acostumbrados, por líneas generales, los productos provenientes del país del Sol naciente.
Como juego de citas nos encontramos con una novela visual en la que tenemos tres diferentes heroínas con las que congeniar, con las que desarrollar un romance para así conocerlas a fondo. Es bastante sencillo forzar la ruta en la que queremos entrar, por lo que no tendremos que andar cargando partidas cada dos por tres ni quemar el botón de saltar el texto leído hasta dar con lo que buscábamos. En ese sentido no es estresante ni tiene una fórmula enrevesada que, después, en realidad provoca más frustración que júbilo. Las novias potenciales del protagonista, esas pretendientes con las que interactuaremos, son dos amigas de la infancia y su hermana pequeña o, mejor dicho, una versión de ella, puesto que la auténtica murió ahogada hace años como se nos cuenta justo al inicio de la historia.
¿Cómo era posible que la hermana de Shun, el protagonista, apareciera años después como si tal cosa? Muy sencillo, porque estamos ante un cuento de ciencia ficción en el que se nos cuenta que una de sus amigas es una genio que ha sabido construir un robot a imagen y semejanza al que, por supuesto, le ha incluido las tres leyes de la robótica ideadas por Isaac Asimov que en tantas obras de ficción se rescatan. El que ahora esté SHIRONE, una versión replicada de Shirone, junto a su hermano supone un gran dilema moral que le explota de lleno a la madre, que es la que más siente que por más que físicamente sea un calco y que incluso tenga sus recuerdos, no es su niña. Se comporta de un modo diferente, resuelve las situaciones con una lógica que dista de la de Shirone. SHIRONE, incluso comienza a sentir cosas de un modo romántico hacia alguien a quien antes admiraba: su hermano.
En la ruta común, conformada por el primer capítulo y parte de lo que nos viene tras el vídeo de apertura, nos encontramos con un drama de ciencia ficción que lo tenía todo para ser un juego corto y bastante redondo, como lo fue *eden. El dramatismo, las consecuencias de desear lo prohibido, se mostraban a las mil maravillas. El problema viene cuando todo se alarga artificialmente. Nos llegan tras ese prólogo de algunas horas varias florituras, enredos innecesarios. El querernos meter cotidianeidad que no aportaba nada a la trama ni al valor de los personajes se apodera después de Trinoline, donde incluso los enamoramientos son inverosímiles y las escenas picantes están bastante metidas con calzador. El cómo se pasa de un producto redondo a algo pasable por querer entrar sí o sí en el terreno de las citas, en el campo sexual, cuando la historia había alcanzado su cénit sin necesidad de ahondar dando palos de ciego.
6
Conclusiones:
Trinoline es una visual novel con unos diseños preciosos y una historia prometedora de ciencia ficción con un primer capítulo redondo. Sin embargo, después de lo que podría haber sido su conclusión cambia el tono completamente y se convierte en algo del montón.