A los ya habituados en las misteriosas sendas roleras, todo esto de crear personajes, situarlos donde corresponda, etc. les parecerá el día a día. Sabed también que aparte hay alineamiento (puro, caótico y neutral) para enriquecerlo todo un poco y liar de paso un poquito más a los novatos en la materia, aunque todas las cosas se sacan por lógica para tener una buena partida y si no, al hacer y deshacer le llaman aprender.
Dentro del laberinto.
En cuanto que tengamos nuestro equipo creado, veremos que está bastante en bragas, y es que su equipamiento es pobre en cuanto a calidad y elementos, de modo que lo mejor que podemos hacer es aceptar la primera de las misiones que nos encontraremos en el pueblo, para así enterarnos un poco de cómo es el juego, sus controles, sus mazmorras, su estilo de lucha… y, de paso, sacarnos unas perrillas y con suerte algo de equipamiento nuevo para no ser mierdecillas andantes a las que cualquier goblin de tres al cuarto pueda matar sin esfuerzo alguno.
Antes de adentrarnos en el primero de los laberintos convendría que supiérais que lo mejor que podéis hacer si no queréis andar más perdidos que los protagonistas de cierta serie televisiva que tenía lugar en una isla, es compraros un mapa de la zona a visitar, o de lo contrario no sabréis ni dónde estaréis en medio de tanta oscuridad, de caminos calcados, de puertas idénticas…
Una vez en la mazmorra, hay que tener cuidado en las peleas, para no morir en el intento, ya que si bien no nos dan un game over ni aunque palme todo nuestros grupo, resucitar a nuestros compañeros vale bastante dinero y como no lo tengamos, estaremos bastante fastidiados por tener que hacernos personajes nuevos hasta tener pasta para invertirla de nuevo en los personajes que estábamos controlando.
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