Al contrario de la vertiente que parece que todas las compañías grandes occidentales están siguiendo -incluyéndose por supuesto en tal afirmación la propia Square-Enix con sus estudios como Eidos o Crystal Dynamics que siguen teniendo su independencia en cuanto a creación y un equipo occidental, a pesar de que sus jefes y supervisores sean nipones- este videojuego no tira tantísimo por la acción desmesurada y tiene muchos momentos de aventura y exploración con multitud de puzles a resolver para no quedarnos atrancados.
Los QTE, lo que viene siendo apretar una secuencia con los botones adecuados cuando se muestren en pantalla, desempeñarán un papel importante. Si bien no vimos a la señorita Croft luchar ni hacer uso de pistolas o cuchillos, sí vimos cómo son muy necesarios para forcejeos o para interactuar con objetos tales como antorchas.
El juego se prevee bastante cinemático por lo observado en las dos misiones breves mostradas en la sala de cine y el doblaje está francamente bien, así como la música de fondo que acompañaba los momentos tensos en los que Lara intenta sobrevivir a toda costa mientras hulle aterrorizada porque no sabe exactamente por qué suceden hechos tan horribles en el lugar en el que ella ha terminado tras naufragar.
La división por capítulos, le da un toque novelístico argumentalmente hablando y hace que, inconscientemente, se perciba precisamente el peso que tendrá la trama en este Tomb Raider que parece que se nos va para otoño del año que viene, pero que promete espectacularidad y una fémina renacida de una manera que ya era necesaria para que la gente se interesara por un juego de Tomb Raider por sí mismo, no porque estén vendiendo a su protagonista como una mujer florero en la que sólo interesan sus atributos sexuales, como venía pasando desde hace años cuando incluso había modelos que eran la «chica Lara Croft».
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