Hay que añadir que algunos de estos niveles esconden áreas secretas con zonas de salto o warp zones tomadas de Super Mario Bros sin ningún tipo de complejo, y que permiten acelerar nuestro avance en el juego, accediendo de forma directa a niveles más avanzados.
Para finalizar, las ya mencionadas transformaciones nos confieren habilidades únicas: el mono salta mucho más alto, el tigre alcanza una velocidad punta tal que nos permite deslizarnos sobre la superficie del agua en zonas inundadas de otro modo letales, y el hipopótamo / cerdo / colaborador nos permite abrir nuevos caminos rompiendo un determinado tipo de muros a puñetazos, siendo ésta, en mi opinión, la transformación más útil de todas.
Vuelta a lo básico
Son todos estos elementos, en conjunto, los que hacen que Psycho Fox sea un juego que merece ser recordado hoy. Su planteamiento de juego de plataformas clásico, plano, deliciosamente simple, horizontal y lineal, vertebrado en torno a nuestra habilidad cruda, a nuestra capacidad para medir sobre la marcha, en una fracción de segundo, cada salto y cada caída, es algo pertenece a una forma de hacer videojuegos que no necesaria ni generalmente mejor ni peor que la actual, sino que simplemente tuvo su momento y a muchos nos hizo y aún nos hace, tasada en su valor histórico, disfrutar como enanos. A día de hoy nadie se atrevería a hacer un juego como Psycho Fox, pues los usuarios de videojuegos de hoy en día somos mucho más exigentes en lo que respecta a artificios formales y narrativos y ya no comulgamos con la idea de sentarnos delante de una consola de sobremesa para brincar de plataforma en plataforma sin más, los jóvenes porque nunca conocieron en su época y su contexto esta forma de entender el género ni, en general, el medio, y los veteranos porque estamos de vuelta de muchas cosas. Sin embargo, volver a Psycho Fox de vez en cuando, soplar ese cartucho o descargar esa ROM, puede tener sentido si se entiende como una breve vuelta a lo básico. Si se me permite parafrasear la nueva reseña que publicó en 2008 la revista Mean Machines, dentro de su archivo digitalizado, Psycho Fox es uno de los motivos por los que volver a los juegos antiguos puede resultar un ejercicio divertido e instructivo.
Pues sí, en este artículo iba a hablar de los clones de este gran juego, pero no sé por qué extraña razón (falta de tiempo, supongo)
Pues sí, iba a hablar en este artículo de los clones de este gran juego, pero no sé por qué extraña razón al final lo dejé de lado. Falta de tiempo, supongo.
En efecto, está el que tú dices, pero la Tec Toy lanzó en Brasil al menos otro más, Sonic contra Os Manukis, con un horrendo sprite de Sonic como protagonista. Recuerdo que había algún clon más, también para el mercado brasileño, pero tendría que confirmarlo, porque a lo mejor me estoy liando. También había un clon pirata (sospecho que chino) con personajes de Nintendo, como Mario, Luigi o Link. Tengo la ROM por ahí en algún sitio, pero no recuerdo el título. La verdad es que los clones chungos de Psycho Fox darían casi para otro artículo.
Me dejas de piedra, no sabía que no hubiese, definitivamente, versión japonesa de Psycho Fox, dado que es un juego con un gusto y unos referentes folclóricos muy japoneses, pero bueno, debe de ser que Sega decidió a última hora pasar de su propio mercado, dado el poco éxito que tuvo la Master System allí, como dices.
Gracias por comentar, amigo :)