ACTUA SOCCER (1995)
Después de este paseo por los recreativos es hora de volver a casa con el primer juego doméstico que utilizó un motor gráfico en 3D recogiendo el guante que lanzó Virtua Striker el año anterior en el arcade. Gremlin se lió la manta a la cabeza y aprovechó totalmente no sólo el hecho de que el 100% del título era tridimensional, sino también que fue el primero en recurrir a la captura de movimiento para sus animaciones y a un comentarista profesional que narraba los partidos. Además, aspiraba a convertirse en la experiencia más realista del género, por lo que pidió consejo al cuerpo técnico del equipo de fútbol profesional Sheffield Wednesday.
Como no podía ser de otro modo, echarse una partida a Actua Soccer era lo más parecido a ver un partido de fútbol en el que nosotros podíamos controlar lo que estaba ocurriendo. Obviamente no era perfecto, con bastantes bugs y una inteligencia artificial que solía moverse entre la brillantez y la estupidez absoluta, desperdiciando ocasiones claras pero marcando golazos imposibles. Aún así, Gremlin consiguió cimentar las bases de una saga indispensable para comprender los juegos de fútbol tal y como los conocemos hoy. Con su versión para la Eurocopa 96 consiguió cierta fama en España al incluir los comentarios doblados por J.J. Santos y Actua Soccer 3 sigue manteniéndose como uno de los mejores simuladores del deporte rey.
ADIDAS POWER SOCCER (1996)
Psygnosis fue una de las desarrolladoras y editoras de cabecera en los primeros años de la PlayStation, con títulos tan recordados como Wipeout, Colony Wars, Destruction Derby, Formula 1 u O.D.T., además de traer a Occidente juegos como Alundra. Además, los que éramos oyentes del mítico programa radiofónico Game 40 dirigido por Guillem Caballé le teníamos cierto cariño a la empresa porque en ella trabajaba otro de los presentadores, Carlos Ulloa, que participó en obras como G-Police.
Amparado por el patrocinio del gigante deportivo Adidas, la compañía británica intentó coger su trozo del pastel del fútbol tridimensional con la franquicia Power Soccer, que alcanzaría las tres entregas. A pesar de que contaba con un modo Arcade donde había tiros especiales y podías pegar patadas a los rivales, por la época los jugadores estaban buscando simuladores y, en esa faceta, la saga cojeaba bastante, con partidos de ritmo irregular, muchos bugs, escasa inteligencia artificial, animaciones muy limitadas y una experiencia más bien aburrida, sobre todo si lo comparábamos con Actua Soccer o los FIFA. A pesar del exitoso historial de Psygnosis en la época, Adidas Power Soccer no fue uno de sus triunfos y acabó cayendo en el olvido más pronto que tarde.
GRAND STRIKER 2 (1996)
A pesar de la irrupción de Virtua Striker, las compañías seguían confiando en la combinación de jugadores 2D y campo 3D para desarrollar sus arcades de fúbol y Human no fue la excepción con Grand Striker 2. A estas alturas del partido, nunca mejor dicho, ya era muy difícil sorprender y este juego desde luego no lo conseguía, con un apartado gráfico correcto pero que no superaba el trabajo que ya había realizado anteriormente SNK, por ejemplo. Eso sí, se permitieron la ocurrencia de incluir globos de texto en ciertas acciones de los jugadores, quejándose de entradas fuertes o gritando dramáticamente para evitar un gol.
En la jugabilidad más de lo mismo, nada fuera de lo normal, control correcto y poco más, eso sí, desdeñando cualquier tipo de disparo especial o similares. Como tantos otros, tenía su truco para poder marcar gol más fácilmente, en concreto correr hacia la portería encarando uno de sus extremos y golpear el balón en línea recta para que se colara junto al palo. Una recreativa normalilla pero que te servía para quitarte el mono de fútbol interactivo sino había ninguna otra del género cerca.
TECMO WORLD CUP ’96 (1996)
La compañía Tecmo ya había alcanzado en 1996, el año de la Eurocopa de Inglaterra, una gran carrera en el género, no ya desde la primera entrega de Tecmo World Cup en 1989 sino con el mencionado Tehkan World Cup de 1985. Sin embargo, es la edición del 96 a la que tengo más cariño. En un primer vistazo parece una actualización gráfica del Premier Soccer de Konami, alejándose del campo 3D, los sprites enormes y la cámara cerca de los jugadores que estaban de moda por entonces, apostando por un plano más lejano para que pudiésemos organizar mejor nuestro juego.
El control y el ritmo de partido mostraban la experiencia de la compañía en el deporte rey, alcanzando un buen equilibrio entre un balón que no iba teledirigido a los pies de los futbolistas pero que tampoco volaba libre sin control, más cuando un cursor nos informaba de dónde iba a caer. Un añadido bastante curioso a la jugabilidad es una especie de minijuego en el que aparecía una cruceta de direcciones para regatear al rival y, si conseguíamos superarle (eligiendo una dirección diferente a la del defensor), aumentar nuestra velocidad, nuestra fuerza de golpeo y, por tanto, nuestras probabilidades de éxito de cara al gol. Además, para que no nos frustrásemos, cada vez que continuábamos la partida podíamos aumentar uno de los atributos de nuestro equipo.
LIBERO GRANDE (1997)
Superado el ecuador de los 90, las consolas domésticas iban ganándole terreno a las recreativas a pasos agigantados de la misma manera que los juegos de fútbol arcade apenas evolucionaban ante el empuje del lado más realista del género. Namco intentó darle la vuelta a la tortilla con Libero Grande, incluyendo una mecánica de lo más novedosa: controlar a un sólo jugador en vez de a todo un equipo. Para ello debíamos elegir a una de las estrellas disponibles (versiones de celebridades como Zidane o Valderrama) y una selección nacional, todo ello con un entorno completamente 3D en el que la cámara siempre se colocaba a espaldas de nuestro futbolista.
Como no podía ser de otra forma, nuestro equipo era bastante inútil sin nuestra ayuda, por lo que nosotros debíamos tener el balón el mayor tiempo posible para hacerlo todo cual Cristiano Ronaldo o Messi en sus días más egoístas. De todas formas, también podíamos dar instrucciones a nuestros compañeros para que intentaran robar el balón al rival o, lo más probable, que dejaran de correr como pollos sin cabeza y nos pasaran la pelota en cuanto la tuviesen. La novedad era muy atractiva pero también repercutía en el ritmo de juego, aburriéndonos cuando no teníamos la posesión y abrumándonos cuando sí la teníamos ya que nuestros compañeros eran bastante tontorrones. De todas formas, dio origen a un modo de juego que se ha perpetuado en los dos grandes, FIFA y PES, hasta la actualidad.
GOLDEN GOAL 98 (1998)
Reconozco que casi me vuelvo loco recordando el nombre de este juego pero, afortunadamente, Rubén en Twitter me ayudó a encontrarlo. Y no es de extrañar porque Golden Goal 98 tuvo nombres mil según la región donde se editó, como Three Lions, Alexi Lalas International Soccer, Bomba:98 o Mundial:98. Este título desarrollado por Z-Axis y publicado por Take 2 para PSX tenía el apartado gráfico 3D habitual en la época, por lo que visualmente no llamaba excesivamente la atención pero sus mecánicas sí que intentaron diferenciarse de sus competidores, más en año mundialista.
En primer lugar, en vez de recrear una retransmisión televisiva como el resto de títulos, prescindía de cualquier comentarista para mostrar sólo efectos de sonido, especialmente los gritos de los jugadores en pleno partido, pidiendo el balón, quejándose o celebrando un tanto. Sin embargo, su elemento más llamativo era la mecánica de disparo. En vez de que la máquina decidiese el mejor tiro según nuestra posición, fuerza y jugador, aparecía una diana en la portería que podíamos controlar para escoger el lugar exacto donde queríamos colocar el balón. Si bien era loable este intento de innovación, lo normal era ponernos frenéticos al tener que manejar la diana a la vez que el movimiento del jugador y no poder estar atento a las dos cosas, por lo que fallábamos más que Torres con el Chelsea. Se necesitaba mucha práctica para dominar el tiro y no todos teníamos la paciencia suficiente.
VIVA FOOTBALL (1998)
Con el Mundial de Francia copando todos los medios de comunicación, en 1998 se produjo una avalancha de juegos de fútbol con mayor o menor calidad. Viva Football, desarrollado por Crimsom para PSX, intentó convertirse en la fiesta del deporte rey por excelencia, convirtiéndose en un homenaje a todos los Mundiales desde 1956. De esta manera, podíamos seleccionar todas las selecciones nacionales y jugadores reales que participaron en una cita mundialista desde ese año, con sus uniformes, balones y reglas adaptadas a cada época, toda una golosina para los más forofos.
El apartado gráfico 3D era más que correcto a pesar de algunos elementos algo chirriantes, como la física del balón en algunos momentos o las redes de las porterías, pero la jugabilidad iba dirigida a todos los amantes de la simulación. Dominar Viva Football era complicado con su gran cantidad de cursores y unos rivales agresivos que te apalizaban sin piedad mientras los porteros exhibían unos reflejos sobrehumanos que te desesperaban totalmente. Esta dificultad favorecía que el juego tuviese una mayor longevidad por lo que consiguió su huequecito a la sombra de los FIFA y PES. Eso sí, el comentarista en castellano daba miedo, exclamando FALTA o PENALTI con voz de garrulo cuando menos te lo esperabas.
ESTO ES FÚTBOL (1999)
Sony se había convertido con su primera consola en líder del mercado, alcanzando un éxito inesperado pero fulgurante, por lo que se sintió lo suficientemente fuerte como para disputar el liderato del deporte rey a FIFA y PES con su propia franquicia: Esto Es Fútbol. La compañía japonesa, a través de su sucursal estadounidense, no reparó en gastos, consiguiendo las licencias oficiales de selecciones y equipos, incorporando las ligas más destacadas del planeta y llegando a contratar conocidos comentaristas y futbolistas para promocionarlo, con Gaspar Rosetti y Fernando Torres en el caso de España.
La franquicia era bastante ambiciosa, alcanzando las seis entregas en sobremesa entre PSX y PS2 hasta 2004, con una gran cantidad de opciones, una jugabilidad muy pulida y una buena sensación de simulación y retransmisión televisiva. Era un juego divertido pero no consiguió comerle terreno a los dos colosos, que ya contaban con una legión de seguidores fieles cada uno. Esto Es Fútbol tiene el dudoso privilegio de ser el último gran intento en destronar a FIFA y PES, dando paso al férreo duopolio que se mantiene hasta hoy.
MICHAEL OWEN’S WORLD LEAGUE SOCCER 2000 (2000)
Uno de los reclamos más habituales en los juegos de fútbol es colocar a las estrellas del momento en su portada o, incluso, poner su nombre en el mismo título, ya sea Pelé, Ronaldo o David Beckham, cuyas entregas se encuentran entre los peores simuladores futbolísticos de la historia. Michael Owen no fue menos y la estrella del Liverpool, que alcanzó la fama con aquel golazo contra Argentina en el Mundial de 1998, apadrinó este World League Soccer 2000 para N64, desarrollado por Silicon Dreams y distribuido por THQ.
Aunque se notaba que bebía mucho de la herencia de los ISS de la consola de sobremesa de Nintendo, era un juego bastante entretenido, justo y satisfactorio con un buen ritmo y física del balón, donde se podían realizar vistosas jugadas sin mucho esfuerzo. Los gráficos aprovechaban el potencial de los 64 bits, con jugadores esmirriados que se movían suavemente y una animación de las redes de la portería muy cuidada. Eso sí, los porteros parecían frontones pues normalmente el balón rebotaba en ellos de forma exagerada. Una buena alternativa a los FIFA y PES, sin lugar a dudas.
FOOTBALL GENERATION (2004)
Llegamos al final de la lista con el peor juego de fútbol con diferencia de los mencionados. Desarrollado por los italianos Trecision y publicado por FX Interactive en nuestro país para PC, Football Generation era un juego que desde el primer momento se notaba que era anticuado y no tenía ningún sentido en el mercado de entonces, donde ni siquiera aspiraba a recuperar sensaciones clásicas de títulos como Kick Off o Sensible Soccer para combatir el realismo de los FIFA y PES. Las animaciones eran muy rígidas y ridículas, el balón se pegaba como un imán a los pies de los futbolistas y los modelados dejaban mucho que desear dentro de un campo frío y desangelado. Pero peor aún era la jugabilidad.
El control era torpe, el ritmo farragoso y contaba con toda una ristra de fallos vergonzosos, con chilenas desde el centro del campo sin venir a cuento, porteros que se meten dentro de la portería con el balón, tiros demenciales desde kilómetros de distancia o bugs gráficos bastante notorios. Además, la inteligencia artificial era de todo menos inteligente, llegando a momentos donde cuatro defensas y el portero perseguían a un sólo jugador por todo el campo, quedando la portería vacía a merced de un pase de la muerte. La única posibilidad de disfrutar con Football Generation era reírse de sus múltiples defectos con tus amigos.