(Análisis) Higurashi no Naku Koro ni

Higurashi no naku koro ni (ひぐらしのく頃に, Higurashi when they cry) es la primera sound novel de 07th expansion un pequeño grupo independiente fundado por su escritor, Ryukishi 07, en el que se han encargado de realizar cada uno de los capítulos de los que hoy vamos a hablar y que pertenecen al arco de preguntas de Higurashi, así como hacer lo propio con Kai -arco de respuestas-, con Umineko al completo y ahora mismo con Rose Guns Days.

Higurashi no naku koro ni rompe tanto con los moldes en cada uno de sus capítulos y Ryukishi 07 tiene tan pocos pelos en la lengua a la hora de narrar cruentas acciones, que el éxito fue tal que no tardaron en salir objetos varios a la venta, un manga y hasta el studio Deen hizo una serie de animación de 24 capítulos adaptando los hechos de este primer juego.

Cuatro capítulos, cuatro arcos, cuatro historias enlazadas, muchos más de cuatro enigmas.

En Higurashi no naku koro ni tenemos cuatro capítulos de una extensión bastante amplia, siendo cada uno de ellos parte de un arco diferente con miniepisodios dentro y estando todo enlazado a pesar de que en realidad siempre estemos de nuevo ante un reset, respetándose algunas de las cosas anteriormente relatadas, su base sobre la que se forma la compleja historia llena de misterios en la que se nota que su autor es un auténtico lector nato de historias de intriga, e incluso no duda en poner esa misma afición a uno de los personajes más secundarios de su historia, la madre del chico que tiene las papeletas para ser el más puteado de todos, Maebara Keiichi, un forastero que se ha mudado recientemente a este nada apacible pueblecito.

Además de los cuatro capítulos en sí, que tienen unos escenarios con paralelismos, hechos comunes y repetición de personajes, también tenemos unos All-in Cast que son como unas cortinillas en las que los personajes hablan entre sí de cómo lo han hecho en la historia, diciendo que les pasan el guión para que actúen como si estuvieran en el teatro y tuvieran que dar el todo por el todo para hacer que la gente se meta de lleno en Hinamizawa -el pueblo donde ocurre todo- y sientan simpatía por cada una de las atroces muertes y acontecimientos que hay relatados.

En el juego, cada uno de los arcos tiene un nombre, el mismo que en el original, ya que en la localización se ha optado por respetarlo y explicar lo que significa cada uno, ya que no había ninguna palabra suelta para dejar claro precisamente cada concepto. Así pues nos encontramos con: Onikakushi, Watanagashi, Tatarigoroshi y Himatsubushi. Como decimos, dentro de la sound novel ya explican lo que significa cada término y, de hecho, incluso sabiendo japonés, cada palabra puede tener varias lecturas y es el propio contexto el que explica bien a qué se refieren por ejemplo con el «llevado por los demonios» del «Onikakushi».

Estos cuatro arcos conforman las preguntas, el lío de madeja, el «no entiendo bien qué está pasando, pero me mola». Y en todos ellos tenemos como protagonista a Maebara Keiichi, salvo en el último de ellos que por un lado casi parecía ser una pequeña respuesta, pero que trae consigo más preguntas. Pero vayamos por partes.

No queremos chafaros la sorpresa con ninguno de los arcos, ni tampoco adelantaros nada especialmente llamativo, ya que la gracia está en que cada uno se lea y quede atrapado por las novelas por sí mismo, aunque hay que reconocer que algunas partes a veces se hacen un poco pesadas, pero finalmente todo tiene una razón y nada está metido con calzador, hasta la cosa más tonta, termina teniendo su significado y siendo relevante y es que incluso aunque podamos tener muchas moscas detrás de la oreja y sospechemos que pueda pasar esto o aquello -que para algo estamos en los arcos de preguntas, caray- cada historieta queda bien cerrada y no son cosas aleatorias que puedan importarle tres cominos al personal e incluso cada personaje tiene un trasfondo muy interesante, desde los más secundarios hasta los que en apariencia son más importantes, pero que después podrían no serlo tanto y podría prescindirse de ellos llegado el caso.

Nuestros queridos personajes podrán morir de las formas más atroces y estar vivos en el siguiente arco (reset), ya que con la maldición de Oyashiro-sama todo es posible, hasta que se puedan fusionar fragmentos de historia en función a pequeñas decisiones que si bien no tomaremos tal cual como en una visual novel, sí habrá sensación de que estaremos ante distintas rutas que en cierto modo están reunidas y que se nos cuentan de seguido, enlazándose de algún modo para un final que las reúna a todas, incluso cuando tienen tantas diferencias que realmente es difícil de concebir que pudieran formar parte de lo mismo y no que cada una fuera independiente por sí sola para siempre.

Si es una sound novel es porque se nos ha quitado esa opción de decidir, de ir por varios caminos y sacar un final u otro, ya que aquí todo importa para una única historia muy larga y enrevesada con una narración muy buena. Pero sobre todo lo es porque es como si estuviéramos en el sofá tirados leyendo una novela de misterio tradicional escuchando música al mismo tiempo, con la salvedad de que se nos da ya una banda sonora por defecto, aunque sean pocas las pistas musicales que realmente pueden meternos de lleno en la lectura y, desde luego, nunca lo serán los cantos de cigarras a pesar de que son tan importantes en la trama ya que, a fin de cuentas, ése es el significado de la palabra higurashi.

A pesar de que MangaGamer decidió que Higurashi no naku koro ni era para todos los públicos al no haber escenas en CG brutas o no aptas para estómagos sensibles, creemos que la calificación por edades no es correcta, porque no habrá muchos niños menores de doce años dispuestos a leerse cientos de líneas en una pantalla y, además, aunque no se vea explícitamente lo que sucede en los momentos más gore, sí que está todo explicado al detalle, relatándosenos cosas como lo que es encontrarte agujas en tu caja de comida que prácticamente te atraviesan la garganta, lo que es tener los intestinos fuera, que se nos relaten distintos tipos de tortura, hablar de asesinar fríamente y de manera brutal a este, al otro y al de más allá como el que dice que baja a comprar el pan…

Aunque la personalidad de cada personaje será similar de arco a arco y también pertenecerá a la misma familia, sus motivaciones pueden ser completamente opuestas, las acciones que realice también y, por supuesto, su comportamiento puede diferir una auténtica burrada ya que cualquiera puede ser la víctima de ese dios amado y odiado en Hinamizawa, cualqueira puede ser presa de la cólera de Oyashiro-sama, un ser que parece que cada año se cobra al menos una víctima que aparece muerta el día del festival que hay en su honor y otro más desaparece y no se sabe más de él.

Entre medias de los capítulos a veces se nos desbloquearan algunas partes extras llamadas tips en las que hay escenas añadidas bastante interesantes en las que se nos cuenta por ejemplo que nuestra yandere pelirroja (chica adorable que quiere llevarse todo lo mono a su casa y que parece que nunca ha roto un plato, pero que puede convertirse en toda una psicópata), Rena, en realidad se llama Reina. También ahí se nos mostrarán cosas sobre las tres grandes familias de Hinamizawa (Sonozaki, Furude y Kimiyoshi) o leeremos informes privados de la policía sobre las investigaciones que ha estado llevando.

Con unos diseños bastante feotes, pero suficientes como para no estar con una pantalla en negro y además que pongamos cara a cada uno de los personajes -a pesar de que en vez de manos, tengan muñones- estaremos acompañados en nuestra lectura mientras vamos descubriendo hasta qué punto puede existir una maldición o no, hasta qué punto los humanos se vuelven locos por algo que les pueda fastidiar su cotidianeidad (años antes de que empiece la acción, quieren construir una presa en Hinamizawa y hay revueltas que significan mucho en el presente). Y, en definitiva, tenemos un argumento bien tejido que va yendo a más a cada capítulo, teniendo algunos momentos álgidos memorables que no llegaron a adaptarse de todo en la serie de animación por falta de capítulos contratados y tener que tirar de recortes, por lo que es bastante mejor leerse la novela.

7,6

Conclusiones:

Higurashi no naku koro ni solamente peca de tener algunas escenas demasiado largas en ocasiones, detallándosenos demasiado algunas cosas que podrían resumirse o concluirse antes y prolongándose quizás más de la cuenta algunas de las partidas que los niños protagonizan en su club de juegos, sin embargo, eso es parte del estilo literario de Ryukishi 07, un autor capaz de crear un historia tremendamente bien tejida y de una extensa duración capítulo a capítulo sin meter paja innecesaria en cuanto a escenas completas que sobren, ya que cualquiera de ellas tiene siempre un motivo que o se nota desde el principio, o terminará explicándose más adelante e incluso, usa sabiamente las elipsis en los momentos en que tocaría repetir ciertas partes vistas en otro arco o juega con que un personaje se imagine que de no estar ahí estaría haciendo algo que precisamente hizo en otra línea temporal, pero que desconoce.

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