Hace unos días acudimos a las oficinas de Warner Bros en Madrid para enterarnos mejor de cómo es Lego: El señor de los anillos, el nuevo juego de Tt Games que verá la luz antes de navidades en todas las consolas que hay ahora mismo en el mercado y que no llegará a salir para Wii U, o al menos no a corto plazo según aseguró Phil Ring, el productor del juego que nos acompañaba para contarnos detalles mientras nos mostraba también una pequeña demo de lo que podremos encontrarnos en esta nueva adaptación de la obra literaria de Tolkien, quedándose además este videojuego en algo que pilla pellizquitos de los libros y otros de las películas, sin dejar de meter cosecha propia al más puro estilo de los Lego, como por ejemplo pudimos ver recientemente en Lego: Batman 2.
Notándose una vez más la pasión de los encargados de hacer este videojuego, nos encontraremos con un montón de pequeños detalles que nos harán esbozar sonrisas. Un simple anillo único girando y brillando como icono de que estamos en una pantalla de tiempo de carga, nos llegó para quedarnos ya atrapados en lo que veíamos en la demo y que después pudimos probar a los mandos en una partida cooperativa, modo harto recomendable para avanzar más rápida y de manera más efectiva y, sobre todo, para echarnos unas risas al mismo tiempo que nos volvemos a demostrar a nosotros mismos lo divertido que es hacer las cosas en pareja, por mucho que tantos alaben el solitario.
Al tratarse de un juego dirigido a todos los públicos, se nos explicó cómo tuvieron que meter un poco la tijera para no escandalizar a los padres y de este modo, por ejemplo, nos quedábamos sin ver a Aragorn fumar u otros pequeños detalles que habían tenido en cuenta de primeras ya que querían ser lo más fieles posible con los libros y películas, con su propia lectura.
Dependiendo del momento del juego en el que nos encontremos, iremos con un personaje u otro y cada uno de ellos tiene sus habilidades, lo cual está muy bien para después. una vez desbloqueados todos, irnos al modo de mundo abierto e ir cambiando entre ellos a nuestro antojo para explotar el juego al máximo y no dejarnos ningún camino sin explorar, ni ningún objeto oculto por meternos a la saca.
Todos los escenarios están meticulosamente recreados con todo lo que Tolkien se molestara en describir, moviéndonos así por pueblos con las casitas perfectamente colocadas, muy decoradas y donde no faltan niños jugando alegremente o gallinas y cabras paseando cerca de su terreno.
Al tener una amplitud tan grande del mundo, aparte de tener unos bloques pequeños de color azul transparente para marcarnos el camino, siempre podremos acceder al mapa externo para no olvidarnos de por dónde queda Mordor y qué lugares de la Comarca nos faltan por recorrer.
En nuestra partida pudimos resolver un par de puzles, luchar un poco contra los enemigos y también, cómo no, irnos construyendo cosas varias con bloques de lego que había sueltos por ahí o que reutilizábamos tras cargarnos partes destructibles de la pantalla.
Si alguno se cansase de seguir con el modo historia y lo del sandbox no fuera de su estilo -o no le apeteciera- siempre puede aprovechar para otro añadido más de este juego que vale para sacarse una mayor puntuación personal junto con bloques extras, es decir, volcarse de lleno en los minijuegos.
Quienes ya conozcan los juegos de Lego, saben de sobra lo que se encontrarán en Lego: El señor de los anillos, pero para los que no, id dejando los prejuicios apartados, porque raro es que no disfrutéis con el humor al hacer parodia siempre de obras tan conocidas como esta que toca ahora.
Una respuesta a “Probamos Lego: El señor de los anillos”