En occidente ser fan de Fate es algo agridulce ya que hay juegos que llegan y juegos que no y esto mismo ocurre con el resto del material oficial que existe dentro de ello (novelas, manga, merchandise e incluso anime). Desde que en PSP nos llegara Fate/Extra, no hemos vuelto a recibir ningún título, mientras que en Japón contaron con su secuela directa (Fate/Extra CCC) y también disfrutan del popular juego para móviles Fate Grand Order, del que el último día del año 2016 se emitió un especial de televisión. Argumentalmente después de ese vacío para nosotros que es Fate/Extra CCC tenemos en el mercado americano desde ayer y en el europeo a partir de este viernes, el videojuego Fate/Extella The Umbral Star, pero que no cunda el pánico ya que no es necesario haber jugado a ninguno de la serie para entender todos los hechos del Moon Cell que ocurren en esta nueva guerra del Santo Grial en la que nos encontramos con un total de 16 servant jugables.
Fate/Extella The Umbral Star es un título de PS Vita y PS4 del que podemos escoger entre su edición sencilla o la especial (Moon Crux) si optamos por el formato físico. Se trata de un juego de tipo musou, es decir uno como cualquiera de la serie Warriors de Koei Tecmo en los que tenemos que apalizar centenares de enemigos y hacernos con zonas del mapa hasta derrotar al jefe final de cada mapa. Fate/Extella The Umbral Star, aunque a simple vista casi colaría por uno más de esa serie, no ha sido desarrollado por nadie del equipo Omega Force, sino que son los chicos de Marvelous los que han trabajado en esto.
Tres grandes rutas para tres protagonistas.
Una vez que escojamos nuestro avatar, es decir, si queremos vernos como un master masculino o femenino, podremos comenzar el juego con la primera de las tres rutas Estas rutas se van desbloqueando por orden de manera que primero tenemos la de Nero, después la de Tamamo no Moe y por último la de Altera/Attila. Ellas son las tres protagonistas indiscutibles de Fate/Extella The Umbral Star, aunque dependiendo del mystic code que llevemos equipado, podríamos cambiarnos por algún servant de su equipo a la hora de repartir sopapos en la historia principal. Igualmente, cada uno de sus aliados puede controlarse en las sidestories que protagonizan cada uno de ellos y tenemos el modo libre, por lo que fuera preocupaciones para los fans de Cu Chulain, Iskander, Lu Bu, Elizabeth, etc.
El juego nos irá pidiendo una serie de cosas que hacer en el SE.RA.PH, ese mundo tan extraño en el que no sabemos por qué hay más de un Regalia que, en teoría era un anillo único para quien hubiera la anterior Guerra del Santo Grial y con el que poderse hacer ahora con el control de todo. El porqué esto no es así se verá dentro de un argumento lleno de fanservice y servants hablando con su master de un modo muy dulce, al que deberemos responder, si queremos beneficiarnos, con frases que quieran oír de nuestros labios, para así llevarnos mejor con ellos al subir el bond, que es algo de lo más útil a la hora de equiparnos habilidades para podernos defender mejor contra los elementos, realizar más daño según vayamos ocasionando más bajas, o unas cuantas opciones más. Cada habilidad será más fuerte en función del número que tengamos de ella misma, por lo que cunde tenerlas repetidas para que su efecto se vea incrementado.
Normalmente tendremos que preocuparnos por rellenar nuestra barra de Regime Matrix antes que el enemigo, esto quiere decir que nos hagamos con más territorios antes de que sea demasiado tarde o tendremos una derrota automática. El juego es muy exigente, por lo que esto que podría parecer tan sencillo no lo es, ya que a veces aparecen plantas que hacen que aparezcan un montón de jefecillos de zona (agressor, en terminología de Fate/Extella The Umbral Star) en lugares que ya eran de nuestro bando, levantándonoslos; también, en ocasiones, habrá otros servant por el medio, estorbando o surgiran órdenes que hacer cuanto antes, pero sin dejar de prestar atención al gran quebradero de cabeza que puede llegar a suponer ese Regime Matrix en el que, encontraremos no solo a los enemigos de distintos tipos, sino también cofres que, en caso de ser de color naranja, incluyen un parte de nuestro Noble Phantasm, la técnica especial más poderosa de nuestro servant y cuyo uso está limitado a una vez por mapa, aunque también tenemos otros movimientos y transformaciones que vendrían siendo el equivalente a un ataque de musou y el modo ira, con otro nombre.
Fate/Extella The Umbral Star no se disfruta igual en PS4 que en PS Vita, ya que aunque exista la ventaja de poder llevarlo a cualquier lado en la portátil de Sony, es en PS4 donde tendremos los escenarios con muchísimos más enemigos al tener más potencia gráfica, de manera que se pueden realizar combos más largos y es más divertido jugar en esta consola, pero igualmente se trata de un título disfrutable en cualquier caso, pese a contar con pocos escenarios y que, en ese aspecto, nos veamos obligados a repetir las mismas cosas con distintos servant si queremos completar todo al 100%.
El juego está lleno de pequeños detalles, cuenta con misiones adicionales para subir el bond de los personajes, con distintos tipos de mystic code según nuestras preferencias y estilo de juego y no sólo es bonito y mezcla bien los momentos de novela visual con los de aporrear botones en los mapas, sino que cuenta con los actores de doblaje originales.
7,5
Conclusiones:
Fate/Extella The Umbral Star cuenta con animaciones de lo más llamativas, un elenco de servant algo escaso, pero en el que se incluyen algunos de lo más populares y queridos por los fans, estando la que todos conocen la Saber original como algo extra que puedes encontrarte en tu partida y desbloquear, pero que no forma parte de ninguno de los grupos de las tres rutas. El juego tiene un gran variedad de opciones, aunque no tiene demasiadas fases por lo que puede volverse algo repetitivo para sacarlo al 100% al vernos una vez tras otra en los mismos mapas e incluso haciendo lo mismo en caso de irnos a luchar con los servant que no son líderes de su cuadrilla, sino apoyos de Nero, Tamamo o Attila.
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