Realmente el juego no es difícil en su modo normal pero sigue siendo muy satisfactorio encadenar combos larguísimos variando nuestros golpes o ver cómo los criminales son presa del terror al ser testigos de cómo sus compañeros van cayendo uno a uno por una amenaza invisible, consiguiendo que nos sintamos en la piel Batman. Podremos ayudarnos con una gran variedad de artilugios, la mayoría de ellos ya vistos con anterioridad, como nuestros queridos Batarangs, la Batgarra, el Sincronizador, las Bombas de Humo o el Gel Explosivo; añadiéndose la Garra Remota, útil para unir dos puntos con una cuerda; los Guantes Eléctricos o el Detonador de Contusión.
A medida que vayamos superando combates y consiguiendo objetivos ganaremos puntos de experiencia que nos permitirán subir de nivel y desbloquear nuevas habilidades, movimientos y mejoras para nuestros artilugios, por lo que la sensación de recompensa al ir avanzando en el juego es muy satisfactoria. En esta ocasión, las mejoras están estructuradas en un árbol de habilidades, por lo que tendremos que desbloquear antes algunas para acceder a otras.
Una de las novedades de Arkham Origins es la reconstrucción de crímenes, en el que a través de nuestra Visión de Detective podremos encontrar pistas y analizar escenarios de forma que podamos descubrir nuevos datos que nos ayuden en nuestra misión, pudiendo reproducir los hechos a modo de grabación hacia delante o hacia atrás. Es una propuesta muy interesante y refrescante para darle un nuevo giro a los puzzles del juego pero su potencial acaba siendo muy desaprovechado al ser una mecánica muy lineal y guiada que apenas nos ofrece libertad. Si el concepto se desarrolla positivamente en el futuro nos encontraremos con un muy buen aporte a la saga pues, después de todo, Batman también es conocido por su faceta de genial detective.
Las aventuras secundarias siguen presentes y continúan con el acierto de integrarlas en la historia principal en forma de subtramas que bien pueden estar conectadas a ella o no. Podremos investigar asesinatos, desactivar bombas a contrarreloj, buscar marcas escondidas, impedir crímenes en plena calle o volvernos a medir a la retorcida inteligencia de Enigma. Sin embargo, en esta ocasión son más simples y cortas, dejándonos con un sabor agridulce por la brevedad de algunas de ellas, que ofrecen mucho más potencial del explotado. Sin ir más lejos, los trofeos de Enigma se convierten en documentos de extorsión que debemos reunir y, mientras se mantienen los puzzles de entorno, nos perdemos los gloriosos acertijos de anteriores entregas o las habitaciones con rehenes de Arkham City. A pesar de todo, siguen siendo muy divertidas y perfectas para prolongar la vida del juego. De igual manera, podremos seguir disfrutando con nuevos mapas de desafío en los que exprimir nuestra habilidad ante retos de creciente dificultad y así poder ganar medallas.
La historia principal de Arkham Origins tiene una longitud de unas 20 horas, tiempo que se dobla si vamos completando las misiones secundarias. Una vez terminemos la campaña, desbloquearemos un modo Nuevo Juego+ donde mantendremos nuestro nivel de experiencia y mejoras pero que es más difícil y no muestra los indicadores de ataque de nuestros enemigos. A su vez, cuando también finalicemos este modo, estará disponible Yo Soy La Noche, similar al anterior… excepto que sólo tenemos una vida. Sí, si vemos la pantalla de Game Over, la partida termina, todo un reto para los más habilidosos.
También está disponible por primera vez en la saga un modo multijugador que prolongará aún más la vida del juego… si conseguís jugar. Al menos en lo que respecta a PS3, hay varios problemas técnicos que impedirán que podáis disputar una partida en condiciones. Primero, el juego se congela más veces de las deseadas en busca de una sala; a continuación, los servidores tardan una eternidad en encontrar ocho personas para que dé comienzo la acción y, finalmente, hay ocasiones en las que, si morimos, el juego vuelve a congelarse. Que poder jugar con otra gente sea todo un logro y que por cada 20 minutos de espera tengamos 5 de juego no compensa mucho, así que esperemos que Warner pueda arreglar el asunto.
Si el destino nos sonríe, las partidas multijugador consisten en un enfrentamiento entre tres bandos: los héroes Batman y Robin, la banda del Joker y la de Bane. El primero tendrá que ir eliminando de la forma más eficiente posible a los otros dos, mientras estos lucharán entre ellos para apoderarse de puntos de control. El control de los héroes es básicamente similar al de la campaña principal, mientras que los esbirros de los dos villanos se enzarzarán en una acción muy similar a la de Uncharted y similares, es decir, disparos en tercera persona y sistema de coberturas intentando aniquilar al bando rival. En ocasiones un jugador se convertirá en el Joker o Bane, potenciando su personaje para inclinar la balanza a su favor, lo que puede cambiar la dinámica presente en un suspiro.
El modo es sencillo y entretenido, beneficiado por la integración de esos tres bandos, por lo que tendremos que estar atentos a todo los que nos rodea y sin que ninguno esté desequilibrado pues los héroes, a pesar de contar con más movimientos y artilugios, son más vulnerables a las armas de fuego y a la superioridad numérica. Además, tras cada partida conseguiremos puntos con los que comprar mejoras y cambiar la apariencia de nuestro personaje.
8,5
Conclusiones:
Batman: Arkham Origins es una entrega muy continuista con respecto a sus predecesoras, sin apenas ninguna novedad reseñable ni ninguna evolución en sus mecánicas. Superada esa decepción nos volvemos a encontrar con un juego muy divertido y entretenido, con un apartado técnico sólido y una historia excelente. Sí, es más de lo mismo, pero sigue siendo algo muy bueno.