(Análisis) Final Fantasy XIII

Lightning, pero qué guapa eres.

De algo estamos seguros. Final Fantasy XIII es actualmente el JRPG gráficamente más fascinante y con unas pretensiones artísticas excelentes. Y creo que hasta prueba iuris tantum esto seguirá siendo así, el motor gráfico adaptado a ambas plataformas PS3 y Xbox360, logra crear un aspecto visual ambicioso que recaen en los vicios que Square-Enix nos tiene malacostumbrados: animaciones faciales orgásmicas, peinados imposibles pero realistas, efectos especiales preciosos y unos diseños paisajistas y arquitectónicos increíbles (comprobadlo cuando lleguéis al parque de atracciones).

Y está claro que han querido aprovecharse de los fantásticos modelados que han conseguido recrear, puesto que los protagonistas estarán dispuestos a chupar cámara cuando sea; esos primeros planos con los ojazos de Lightning, ese enfocado cuello abierto del guaperas de Snow, etc. Casi dispuestos a vender lencería Armani, aunque claro, también ayuda que el diseñador de personajes sea el archiconocido Tetsuya Nomura, acostumbrado a parir personajes listos para vender.

Pero no dejaremos de ser realistas, y Square-Enix ha cometido un ligero error: la versión de Xbox360 contiene escenas CG comprimidas de baja calidad que se hacen notar en un televisor HD frente la versión de PS3. No señalamos con el dedo al formato DVD, porque creo que no seríamos justos, sinó al equipo de la compañía por no haber sabido realizar mejor trabajo. A pesar de esta contra, no olvidéis que en el aspecto in-game son prácticamente iguales en su totalidad.

¡Música, maestro!

Si por algo siempre se ha caracterizado muy bien la saga Final Fantasy entre otras virtudes, es ni más ni menos que por sus aclamadas bandas sonoras; entrañables, épicas y hoy día hasta nostálgicas.

La ausencia, de nuevo, de Nobuo Uemastu como compositor, en una entrega de este calibre, se hace notar. Y mucho. No obstante, no debemos regirnos por lo que falta, sino por lo que hay, a pesar de la difícil presunción, sobretodo para los habituales de la franquicia, de no encontrarnos temas a la altura del consagrado músico.

Masashi Hamauzu es el hombre. Ya compuso en otros títulos de la saga, como en el spin-off Dirge of Cerberus o colaborando con Uematsu en Final Fantasy X, así que precisamente falta de experiencia no era. En XIII, Hamauzu ha llevado a cabo, con la responsabilidad que eso conlleva, florecer el mundo de Paals con temas musicales que ya a primera vista, vemos que no corresponden a la tendencia habitual, pero que sin embargo no le quitan mérito a la calidad. Las diferencias son claras a los oídos una vez escuchemos, pero creo que cualquier fan o novato que se precie podrá disfrutarlas al mismo nivel, ya que temas como el de batalla, o vocales como la de los chocobos gustarán sí o sí.

Lástima que exista tan poca variedad en general, lo cual para un juego que tiene como media 60 horas de duración, podamos acabar en algún momento asqueados de algún tema que no nos haya caído bien.

8,4

Conclusiones:

Final Fantasy XIII proclama de nuevo ser pionera, quizás no a nivel de variedad esta vez, pero sí en cuanto a supremacía técnica y visual. La falta de una exploración más abierta hace daño a la arquitectura general, y se nota a la hora de desmerecer el título. No olvidemos, sin embargo, que sigue siendo un Final Fantasy, y de nuevo contaremos con una buena trama argumental que rellena notablemente sus fallos, además que el sistema de combate es, sinceramente, el auténtico tesoro de esta obra.

15 Respuestas a “(Análisis) Final Fantasy XIII”

  1. Pues a mí al menos hasta el tercer capítulo el sistema de batalla no me gustó nada (que es hasta donde he jugado). Me parece un sistema demasiado difícil, ya que no puedes elegir nada porque no da tiempo a hacerlo antes de que el enemigo te ataque… y al menos a mí, eso me quita bastante las ganas :S

  2. He intentado ser lo más arbitrario posible respecto a los recursos que ofrece el juego, sí, por mí le daría un 7 pero hay que ser justos; el sistema de Formaciones era un sistema estratégico más que de opciones, por ello lo de automatizar las habilidades excepto las puntuales para situaciones adversas. Más que difícil requería algo de reflejos en batallas importantes, y ya ni os cuento ante las «tortuguitas» que eran enemigos de a pie.

    Para difícil el Star Ocean 3 y su «fantástico» IA

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