En el juego, tal como uno podría adivinar por su nombre, los grimorios son muy importantes. Están divididos en cuatro categorías (glamur, nigromancia, hechicería y alquimia) y además los hay de diferentes niveles. Con cada uno de ellos podremos invocar a diferentes tipos de bicho, de modo que tendremos que crear primero un círculo de invocación en el suelo gastando maná para ya ponernos manos a la obra.
La moneda de cambio para todo es precisamente el maná. Si queremos subir de nivel el círculo para tener nuevas habilidades, o si queremos invocar bestias que luchen para defender nuestro territorio, o nuevos amigos que cojan maná para nosotros, antes tendremos que pagar. Es todo como una inversión.
Nos encontraremos con todo tipos de bichos, algunos son muy válidos para el ataque, otros provocan estados alterados, otros valen para recolectar maná… También los hay con cuerpo y sin él, es decir, fantasmales y cada uno tiene unas propiedades y unas ventajas. Hay que pensar siempre qué tipo de amigos sacar y cómo controlarlos, porque podremos tener un límite de cincuenta individuos (algunos personajes cuestan por ejemplo dos individuos, seis individuos…) aunque si nos los matan y queremos sacar más, podremos siempre que no nos hayan hecho desaparecer el círculo de invocación.
Eso sí, puede ser desesperante como pocos. Combates de casi una hora sin poder salvar entre medias. Y si te matan justo cuando estás a punto de terminar…
Bueno, y los guiños a la saga Harry Potter…Algunos tan sutiles y elegantes como Gammeldore…
Sí, es de esos juegos que como te maten por una tontería después de estar tanto tiempo sin guardar te acuerdas de todos y cada uno de los implicados en hacer ese juego. Pero sólo por la belleza que le da vanillaware se les perdona.
Todo lo referente al diseño artístico de Vanillaware en todos sus juegos es, simplemente, sensacional. Tengo como una de mis misiones en la vida conseguir todas las figuritas que Alter y Yamato han sacado de Odin Sphere, son una preciosidad :D