Ya adelantábamos poco antes de salir a la venta, que Naughty Bear: Panic in Paradise es más completo que el primero de los Naughty Bear, que los chicos de 505 Games han sabido remendar errores cometidos en el pasado y que nuestro oso llega con más mala leche que nunca, pero hoy queremos ofreceros nuestro análisis por si aún no tenéis claro lo que os encontraréis en este título descargable de Xbox 360 y PlayStation 3 y si rentabilizaréis los 15 euros que vale.
Lo contrario a unas vacaciones de ensueño.
Los osos de peluche vuelven a pasar de Naughty (Malote en la versión española) y deciden irse de vacaciones a una isla paradisiaca en mitad de la nada en un lugar enorme, con un montón de barrios separados que están dedicados cada uno a una cosa, con una vegetación diferente y con unas actividades también de lo más distintas para entretenerse con los mojitos, las fiestas de disfraces o las reuniones de jóvenes científicos.
Como en natural, nuestro oso protagonista se entera de que han pasado de él y mientras que todos se van a disfrutar de la vida olvidándose de lo difícil que es conservarla con el sádico de Naughty cerca, él aparece por allí de sorpresa a arrebatásela, yendo uno por uno contra todos aquellos osos que han liderado el cotarro y, de paso, sesgará también las almas de otros que andaban por ahí, para que no se diga que es un blando.
Así, con Naughty moviéndose por más de una veintena de escenarios con los que interactuar, el resto de osos lo pasará francamente mal, tanto si se percatan de nuestra presencia como si mueren por sorpresa al pillarles cuando están despistados a lo suyo.