(Análisis) Naughty Bear: Panic in Paradise

Originalidad y apariencia.

Cada vez que entremos en una fase tendremos un objetivo obligatorio que cumplir (matar al oso, o los osos que se nos ordene y de las formas que se nos pida) y otros tantos extras con los que aumentar nuestra puntuación. De este modo, puede que tengamos que hacer sí o sí que el más poderoso de todos sea devorado por una planta piraña para desbloquear un nuevo nivel, pero no está de más que encontremos todas las invitaciones y las quememos, que metamos tanta presión y acojonemos tanto a otros osos que estos terminen suicidándose o que vayamos secuestrando osos para llevárnoslos al bosque, donde nadie más puede vernos, y matarlos allí y hasta robarles su vestimenta con los accesorios y todo, pillando así esas nuevas cualidades y quedándose cada objeto desbloqueado para combinarlo como queramos y que nos cambian los puntos base de fuerza, destreza, intimidación…

Cuanto más nos lo curremos -pero sin llegar a hacer el kamikaze y siendo precavidos- más bonificaciones obtendremos tanto a modo de puntos para desbloquear trofeos internos y subir posiciones en la tabla clasificatoria online, como para adquirir más experiencia en los objetos que llevemos y en el uso de nuestro propio oso, para así ser cada vez un poquito más fuertes para que vayamos estando preparados ante cualquier adversidad. Además, el repertorio de objetos equipables es muy extenso y variado por lo que, las opciones para ir vestido de formas de lo más extravagantes está al alcance de cualquiera que se moleste en ir recogiendo armas de las que hay desperdigadas por el escenario y en coger a unos cuantos osos de vez en cuando y dejarlos completamente desnudos para arrebatarles algo más que su perfume.

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