[Análisis] Pang Adventures

Hemos comenzado 2019 prácticamente con el lanzamiento de Pang Aventures. Supone el regreso de un arcade que en su momento fue una de las reinas de las recreativas en los 90. Lanzado el pasado año para PC, móviles, PS4 y Xbox One; nos ha llegado ahora en Nintendo Switch pudiéndose dar así por cerrado el círculo.

La híbrida de Nintendo es probablemente el sistema ideal para Pang Adventures por el hecho de tener la comodidad de una portátil y de una sobremesa en nuestra mano y que así sea más accesible a la hora de continuar con nuestras partidas de este shooter que ahora nos ha llegado con un aspecto gráfico renovado.

El desarrollo de este juego ha venido de la mano de DotEmu, de quien también hemos podido disfrutar últimamente de otros videojuegos como Windjammers o Wonder Boy: The dragon’s Trap.

En Pang Adventures se ha creado una pequeña historia alrededor del viaje de nuestros exploradores. Se nos dice que una invasión está causando estragos, por ello daremos la vuelta al mundo explotando bolas de diversos tamaños y colores y, de cuando en cuando, tendremos también batallas contra alienígenas al cambiar de zona, pues ellos son los causantes de los distintos problemas.

La misma mecánica que teníamos en el clásico está presente. Es más, las fases son las mismas, con ligeros cambios —en su mayoría del apartado gráfico— y con desafíos por puntos constantes así como distintos modos de juego.

Pang Adventures es un juego arcade que se disfruta mucho más jugándolo a dobles con un compañero. Nuestro objetivo (salvo contra los jefes finales) es siempre el de  hacer desaparecer cada bolita de la pantalla antes de que se acabe el tiempo. Cada vez que disparemos a una de gran tamaño, ésta se dividirá en dos hasta que sea tan pequeña que al disparar sobre ella no quede ni rastro. Si somos golpeados, habremos fracasado en nuestra misión. No obstante, siempre podemos volver a reintentarlo e incluso, si dejamos de jugar, podemos retomar nuestra partida desde esa misma fase o cualquier otra que hubiéramos superado con anterioridad. Esto tan solo es válido para el modo «normal» llamado «tour mundial» ya que si jugamos por puntos tendremos tres vidas y estaremos pantalla tras pantalla hasta perderlas y aparte tenemos el modo pánico, que es básicamente lo mismo, pero ahí se nos reta a superar 99 fases seguidas con tres vidas en total.

El que haya objetos diversos para darnos más puntos o que tengamos un gran abanico de armas temporales según la fase en la que estemos son pequeños atractivos que cumplen su función de atraparnos más para que no queramos soltar los mandos.

Gráficamente está muy cambiado con respecto al original. Esto está especialmente marcado en el diseño de los dos personajes, a los que podemos poner el nombre que queramos con un máximo de tres letras. Siguen siendo dos hermanos con exactamente las mismas habilidades y uno sigue yendo de rojo y otro de azul, pero ahora parecen más graciosetes. Las bolas, armas y decorados lucen mejor que nunca. La interfaz en sí también es llamativa sin llegar a distraernos, algo fundamental en un juego como Pang Adventures en el que la precisión unida a la velocidad lo son todo.

Los controles son tan sencillos como antaño y aunque su argumento descabellado no aporta nada, tampoco molesta su existencia. Tan solo con una cruceta y un único botón de disparo (el que más cómodo nos resulte) iremos disparando nuestro arpón, metralleta, lanzallamas o ancla para terminar cuanto antes contra esas bolas que van moviéndose de un modo menos torpe y veloz cuanto más pequeñas son que también es cuando serán más numerosas si no hemos sido cautelosos y un poco ordenados.

8

Conclusiones:

Pang Adventures es un juego muy entretenido y rejugable. Cuando pasan varios años desde un clásico se suele hablar de cómo ha envejecido o de cómo es un remake; en el caso de esta versión, puesto que apenas incluye añadidos, nos queda claro que es un atemporal con el que pasar buenos momentos. El desafío está servido.

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