[Análisis] Saya no Uta

Cuando nos llegó a los occidentales una versión comercial en inglés de Saya no Uta, habían transcurrido nada menos que dos lustros desde su lanzamiento en su país de origen. Ahora, en pleno 2019, seis años después de ese instante, podemos disfrutar nuevamente de este relato de terror gracias a la versión remasterizada que encontramos en Steam a partir de hoy mismo con doblaje en japonés y los textos en chino e inglés.

El juego, que podemos comprar por 11,99 euros debido a un oferta de lanzamiento (su precio normal será de 14,99€ fuera de este periodo) nos ha llegado con mejoras gráficas, mayor resolución, un nuevo motor para que sea compatible con Windows 10 y tiene su traducción revisada y mejorada con respecto a la anterior versión.

Saya no Uta es una novela visual desarrollada por Nitroplus (Demonbane, Chaos;Child) que ha sido escrita y dirigida por Gen Urobuchi (Puella Magi Madoka Magica, Fate/Zero) y, al igual que en sus otras obras, nos encontramos con un ambiente oscuro, sufrimiento y distorsiones de la realidad.

En un viaje familiar en coche fallecieron los dos padres del protagonista en un accidente de carretera. Él milagrosamente sobrevivió, pero terminó ingresado gravísimo en el hospital, peleando con la muerte. Tras decenas de pruebas y viendo sus médicos que estaba fuera de peligro, se dictaminó que tendría que seguir recibiendo chequeos periódicos durante un tiempo porque se le notaba algo extraño, alguna secuela sobre la que debían estar pendientes. Todos desconocían que se trataba de un trastorno irreversible por el que, desde el mismo momento en que fue consciente, se comportaba de un modo tan atípico. La razón no era otra que la de que tenía algún problema interno, que algo le había hecho click en el cerebro y percibía a todos los humanos como monstruos sacados del infierno; no solo en apariencia física, sino también en cuanto a su habla. La agnosia crónica provocaba que sus sentidos fallaran, especialmente el de la vista y que, por ello, se sintiera ofuscado.

Día tras día, mientras recibía cuidados, se encontraba ante sí con la pesadilla que era tener cerca a cualquier médico, enfermera o compañero de universidad. Los escalofríos se apoderaban de él, que se refugiaba en un halo de rechazo, pensando que quizás tuviera que mantener las distancias para siempre con cualquier otro habitante de ese mundo y que, a lo mejor, la muerte hubiera sido un final más apropiado.

Una noche, no mucho antes de recibir el alta, conoció a alguien a quien veía como una preciosa chiquilla. No era solo por la fase en la que se encontraba, donde todo le provocaba nauseas, sino que la joven le resultó lo más bello y puro que sus ojos habían contemplado jamás. Se trataba de Saya, quien se sorprendió aún más por la afable conversación que el joven postrado en la cama le concedió. Congeniaron rápido y se hicieron promesas conjuntas. Él la invitó a vivir en su casa y ella no vio razón alguna para rechazarlo, porque toda pareja tiene su historia sobre cómo se conocieron y enamoraron y la suya comenzaba de ese modo.

Con esa premisa, es como dan inicio los primeros compases de Saya no Uta (La canción de Saya), un juego que cuenta con diversas rutas y finales según las decisiones que vayamos tomando. En todas ellas, eso sí, se ahonda en la relación de Fuminori con Saya y se profundiza acerca de cómo es esencial la socialización, de cómo cualquiera, sea de la especie que sea, puede sentirse solo y buscar la compañía.

Los miedos, mundanos o no, aterran menos cuando se tiene un buen refugio, cuando se llena el estómago de algo que satisfaga al comensal aunque sea con alimentos poco habituales que pudieran tacharse de repugnantes. Otra cosa no, pero en este título tenemos escenas gore y poco agradables dentro de ese ambiente tóxico en el que viven los dos personajes principales, aunque se nos hace simpatizar con ellos como antihéroes, mostrándosenos como con conductas verdaderamente tóxicas las de los demás que, con ayuda o sin ella, están bastante perturbados. A fin de cuentas, todos tienen su lado oscuro y con la chispa adecuada el que sucumbieran era cuestión de tiempo.

Urobuchi, con su relato, nos hace plantearnos distancias cortas entre lo que supone un humano y un demonio. Nos lleva por un sendero peligroso en el que se cuestiona la moralidad de lo correcto e incorrecto, de lo que conocemos como el bien y el mal, aspecto que se intensifica especialmente en el personaje de Saya, quien anhela, más que nadie (por su extraña naturaleza) recibir el amor de alguien, sentirse querida.

Visualmente atractivo más por sus cuidadas CG que por los fondos y escenas normales de cháchara y narración, se elude el mostrársenos gratuitamente en todo su esplendor las escenas más fuertes que se comentan para no resultar demasiado desagradables y que sea cada cual quien las imagine como quiera en su mente.

8,5

Conclusiones:

Saya no Uta es un juego de terror y ciencia ficción en el que experimentos científicos, personalidades complejas y misterio se dan la mano para crear un ambiente oscuro y turbio que nos mantenga entretenidos durante algunas horas, pero que nos deje huella para bastante tiempo.

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