Las indecisiones de Makoto.
Normalmente, en este tipo de juegos, uno controla a un chico que sea más espabilado o menos, en cuanto que pilla la ruta de una chica va a por ella hasta el final y, de hecho, el juego suele acabar al poco de anunciar el noviazgo, sin embargo, nuestro indeciso chico que solamente piensa con su miembro viril, irá por instinto animal a la primera hembra que se le ponga a tiro y no dudará en ir cambiando de fémina como de calzoncillos, porque desde que conoce el sexo se vuelve todo el adicto y termina dándole igual con una que con otra.
En esa premisa que uno no llega a entender de cómo es posible que un chico que parece un tímido empanado las trae locas a todas se centra el argumento y nuestro propósito será intentar, como sea, tratar de atarle en corto lo máximo posible, que sea lo más golfo jamás imaginado o simplemente ir a ver si conseguimos acabar más o menos bien con una de las dos, aunque siempre puede que prefiramos ver cómo se tiran de los pelos o nos ponen contra la pared, porque lo que a Makoto puede parecerle de lo más normal (jugar con al menos dos chicas y tener relaciones sexuales con ambas por separado haciéndolas creer que es su novio y que las quiere mucho) a Katsura y a Sekai no les hace ni pizca de gracia, pero es que, por si no hubiera suficiente enredo, hay otros personajes secundarios que también quieren tener algo por nuestro Don Juan, aunque incluso en la propia mano de él está el cuidar lo suficiente de las chicas como para que éstas sepan encajar los celos o se vuelvan todas unas psicópatas peligrosas.
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