Y así todo el rato
Todo cuanto he descrito en los párrafos anteriores aparece en el juego, tal cual. A las capturas de pantalla me remito. Alley Cat es así de delirante, así de inclasificable, así de maravilloso. Estamos ante uno de esos videojuegos en los que la imaginación del creador ha volado libre y salvaje, en la que cualquier elemento cotidiano aparentemente insulso puede convertirse en un elemento lúdico inesperado y fascinante. Alley Cat no está basado en ninguna lógica; crea la suya propia casi desde cero, a partir de la misma falta de lógica. A pesar de ello, comprendemos perfectamente en todo momento qué es lo que tenemos que hacer; basta un vistazo a la pantalla para comprender cuál es nuestra misión en cada momento, y apenas un par de minutos de juego para comprender toda su mecánica y su -retorcida aunque coherente- lógica interna.
De ahí que, para mí, Alley Cat tenga dos virtudes fundamentales. Bueno, vale, tiene muchas más, pero lo voy a dejar en dos, para abreviar el cuento. La primera es que, a pesar de que nos arroja de cabeza a mundo en el que el absurdo más demencial es la norma, éste nos resulta fácil y rápidamente comprensible, gracias no sólo a su mecánica de juego sencilla, sino también por su simple pero eficiente narrativa visual.
Y la segunda virtud, la más importante, íntimamente relacionada con la anterior: Alley Cat es un producto de una visión de los videojuegos que yo defenderé a mordiscos si hace falta, que es la del escapismo puro. Los videojuegos son para mí, ante todo y sobre todo, la forma de evasión más perfecta jamás creada por el hombre (con permiso de la literatura). Por ende, cuantos más elementos del juego estén al servicio de su propia naturaleza fantástica y escapista, mejor, y más si hablamos de su lenguaje visual. Alley Cat es, para mí, un ejemplo de manual de cómo ha de realizarse un videojuego basado en dicha forma de ver el medio. La idea de un mundo humano presentado como surrealista y absurdo desde una perspectiva gatuna, acentuada precisamente por la hábil elipsis de toda figura humana, que incluso obliga a animar de una forma bastante inquietante objetos inanimados (véase el ejemplo de La Escoba), es, en mi modesta opinión, una de las mayores virguerías de narración visual que se han visto jamás en videojuego alguno.
@Rosi_Ortega @savepoint_es Veo que habéis captado LA ESENCIA® del juego XDDDDDD. http://t.co/6UaL0FKT
@DaniSPrK follar es muy complicado hoy día. Pobre gatito. Él solo quiere vaciar el amor de sus huevos.
@Rosi_Ortega Y más si eres un gato callejero y te echan a escobazos de todas partes.
@__Glados_ la nostalgia nos vence a todos. Lástima que @DaniSPrK sea un vago que descuida su sección. :p