Princess Maker 2: No sin mi hija

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Cuando hablamos de Gainax, casi siempre lo hacemos de sus populares animes, con Evangelion a la cabeza y seguida por otras producciones como FLCL, KareKano, Gurren Lagann o Panty & Stocking. Sin embargo, el estudio japonés no dudó en meter mano en otros campos y el de los videojuegos no ha sido una excepción.

Obviamente, Gainax ha desarrollado varios juegos basados en sus proyectos animados, especialmente con su franquicia estrella, moviéndose entre novelas visuales como Girlfriend of Steel, la interesantísima entrega para N64 o un mahjong erótico con Asuka, Rei, Misato y compañía; pero también se involucró en trabajos originales. Uno de los más conocidos es Alisia Dragoon, desarrollado por Game Arts para Mega Drive en 1992 y donde se encargaron del diseño artístico y la historia. Sin embargo, su franquicia más exitosa en el campo del ocio electrónico es Princess Maker.

La primera entrega salió a la venta en 1991 para MicroCabin, siendo porteada posteriormente a varios sistemas como MSX, PC o PS2. La saga se ha extendido hasta alcanzar cinco entregas principales, además de numerosos spin-offs. Si bien su éxito en Japón, Corea del Sur y Taiwan es bastante grande, inspirando incluso un anime llamado Petite Princess Yucie, a Occidente sólo estuvo a punto de llegar la segunda parte para PC. Y digo casi porque el juego fue traducido oficialmente al inglés pero nunca llegó a ponerse a la venta, aunque acabó filtrándose en Internet como abandonware.

El comienzo de Princess Maker 2, puesto a la venta en 1993 en Japón, es el habitual de la franquicia. En él encarnamos a un guerrero que adopta a una niña de origen divino y, durante el juego, deberemos hacernos cargo de su educación desde los 10 a los 18 años, momento en el que nuestra pequeña se independizará y tomará un camino en su vida según las decisiones que hayamos tomado aunque, como el propio nombre del juego indica, lo ideal es que se convierta en princesa.

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De esta forma, lo primero será escoger el nombre, apellidos, fecha de nacimiento y grupo sanguíneo de nuestra pequeña, estos dos últimos datos que decidirán su dios protector y ciertos rasgos de su personalidad. A partir de entonces y como sus tutores, deberemos organizar sus actividades mensuales ayudándonos de un calendario y de nuestro fiel mayordomo, que nos echará una mano con nuestras dudas y ofreciendo consejos.

La niña posee una completa hoja de estadísticas que nos da una idea de qué características estamos potenciando y cuáles descuidando. Como os podéis imaginar, es casi imposible optar por sumar en todas, así que es recomendable tener claro qué tipo de vida queremos darle a nuestra hija, teniendo numerosas posibilidades a nuestra disposición, pudiendo modificarlas al final de cada mes.

En primer lugar, deberemos elegir su dieta, que variará de precio y calorías. Si queréis que vuestra pequeña se convierta en una guerrera, será recomendable escoger una alimentación robusta mientras que, si queréis que luzca un buen y bello cuerpo para la alta sociedad deberéis ser más estrictos, todo eso incluyendo las posibles quejas de ella, deseando ganar o perder peso según las circunstancias.

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En el calendario mensual deberemos repartir su tiempo entre los estudios, el trabajo, ir de aventura a una mazmorra o darle descanso. La verdad es que al principio del juego el dinero será escaso y seguramente tengáis la necesidad de poner a currar a vuestra hija pero, afortunadamente, el título se desarrolla en un mundo donde el término “explotación infantil” todavía no ha aparecido.

Según el trabajo que escojamos ganaremos más o menos dinero y ciertas estadísticas aumentarán o disminuirán. Es obvio que tareas como limpiar la casa o cuidar niños enfocarán sus habilidades de forma diferente que si la ponemos a trabajar en una granja, por lo que nuestras elecciones serán muy importante para su futuro. A medida que desempeñe más a menudo uno u otro empleo, lo hará mejor y su salario aumentará, además de que se irán desbloqueando nuevos a medida que vaya cumpliendo años.

Pero el trabajo no lo es todo en la vida y los estudios también tienen un papel fundamental en su crecimiento, ofreciendo varias clases que refinarán de forma más evidente las habilidades de nuestra pequeña, a la que podemos formar en disciplinas como Ciencia, Poesía, Esgrima, Lucha, Protocolo, Magia, Teología, Estrategia, Pintura o Baile. Cada una de ellas tiene varios niveles de aprendizaje que irán aumentando a medida que acuda más a unas u otras.

El trabajo y los estudios son los dos pilares fundamentales para ir estableciendo el camino que tomará nuestra hija en la vida. De esta manera, si queréis que sea una figura destacada en la alta sociedad, deberéis hacer que trabaje en restaurantes y peluquerías, mientras que en los estudios tendrá que decantarse por clases como el protocolo o el baile. Sin embargo, si queréis criar a la futura general del ejército real, haced que trabaje en la granja y cortando leña, que empolle esgrima y lucha y tendréis a un arma de matar tan letal como bella.

Sin embargo, todavía quedan más variantes a tener en cuenta en su educación. Si optáis por el camino de la elegancia y el elitismo, nuestra hija podrá hacerse amiga de los distintos miembros de la corte real, incluido un príncipe con el que se podrá casar en el futuro. Por otro lado, si queréis que se foguee en el arte de la lucha, podrá recorrer cuatro mazmorras diferentes para encontrar tesoros, derrotar monstruos y descubrir secretos. En ese momento pasaremos a un sencillo RPG por turnos con vista cenital, donde controlaremos a la chiquilla por mapas pequeños con una cantidad decente de eventos, pudiendo descansar para recuperar vida y teniendo la certeza de que nunca moriremos pues, si los puntos de vida llegan a 0, nuestro mayordomo la rescatará sin mayores consecuencias que unos cuantos días de descanso.

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Y hablando del descanso, también es muy importante en el desarrollo de nuestra hija. A medida que trabaja y estudia, irá acumulando puntos de estrés que bajarán si le damos unas semanas de vacaciones. Podemos dejar que pasee por la ciudad y se compre cosas con su paga o ir de viaje con ella al mar o la montaña, estrechando su relación con nosotros y pudiendo incluso modificar alguna de sus estadísticas. ¿Qué pasará si no liberamos ese estrés? Que nuestra pequeña comenzará a portarse mal, a no hacernos caso, a no esforzarse en su trabajo o estudios y a convertirse en una delincuente juvenil, desapareciendo de buenas a primeras durante un mes por lo menos y bajando su reputación y popularidad enormemente. Por eso hay que ser cuidadosos antes de que ocurra nada de eso y tengamos que llamar a Hermano Mayor, siendo importante hablar con ella cuando podamos, interesándonos por lo que le ocurre, intentando arreglar sus dilemas o regañándole cuando proceda.

Aparte de todos estos factores, también podremos acudir a la ciudad para comprar armas y armaduras, vestidos que aumentarán ciertos parámetros de nuestra hija, un restaurante para comprar comida, una tienda de empeños, la iglesia para purificar nuestra estadística de pecado y el hospital para curarla cuando esté enferma. Además, durante uno de los meses del año se celebrará un festival que albergará diferentes torneos de lucha, cocina o baile; donde podrá ganar dinero, objetos y prestigio. Por si fuera poco, también existirán ciertos eventos aleatorios, como las visitas de su dios protector, de rivales en su campo de especialización o de un vendedor ambulante cuyos productos generarán diferentes sucesos, como la visita de un hada por cada cumpleaños de nuestra hija regalándole un subidón de estadísticas o el crecimiento de su talla de pecho mediante unas píldoras, ejem.

Será nuestra responsabilidad combinar todos estos elementos y dosificarlos en el calendario para que nuestra querida niña siga el camino que tenemos planeado para ella. Aunque a medida que avanza el juego veremos que las posibilidades no son infinitas y muchas veces repetiremos tareas o iremos con el piloto automático hasta que lleguemos a una fecha o nivel de parámetro en concreto, el resultado que alcanzaremos será muy diferente de una partida a otra, ofreciendo un una buena rejugabilidad para investigar los 74 finales posibles.

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Y es que, cuando nuestra hija alcance los 18 años, abandonará nuestro hogar y nos entregará una carta donde resumirá si hemos sido un buen padre para ella, recriminando lo que no le ha gustado y alabando lo que sí; tras lo cual podremos observar cuál será su destino, con quién se casará (si lo hace) y si tendrá hijos. Las variantes son numerosas como se ha mencionado y para ejemplo, el final de dos de mis partidas. En una de ellas opté por el camino marcial, haciendo que trabajase físicamente mucho e instruyéndole en el camino de la guerra. Si bien se convirtió en general del ejército, me reprochó que no le hiciese mucho caso, tomando al encargado de la granja donde trabajaba como su verdadero mentor, además de acabar casada con otro militar. Sin embargo, por otro lado decidí llevarle por un camino más… liberal, teniendo como objetivo que fuese una señorita de compañía, por decirlo suavemente. Tras convertirse en la novia trofeo de un ricachón, tener una reputación malísima por trabajar en un pub y no decirle que no a ningún hombre que le invitase a cenar, se convirtió en una afamada bailarina, solterona pero satisfecha con que le permitiese vivir la vida que quería. Sí, amigos, mi hija me quiso más cuando hice que se convirtiese en una meretriz que cuando se convirtió en la líder del ejército del reino.

Princess Maker 2 es un juego diferente, adictivo, todo un reto para comprobar si seremos capaces de llevar a nuestra hija por el camino que le hemos diseñado, con suficientes variables como para no ser monótono y unos gráficos anime de lo más agradables; una pieza de abandonware que merece ser probada por cualquier aficionado que haya sentido la mínima curiosidad por él. Eso sí, no sé si será una forma muy fiable para comprobar vuestro potencial como progenitores.

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