[Análisis] A Kiss for the Petals: Remembering How we Met

MangaGamer está trabajando duramente para crear lo que ellos han bautizado como la «yuritopia», un paraíso utópico de yuri para que los fans de los romances entre mujeres también puedan disfrutar de historias en las que ellas sean lo principal y no un mero extra. Para ayudar a que las piedras del sendero vayan bien colocadas y nadie se tropiece ni haya malas caras han lanzado el decimo octavo título de una serie de visual novel que en Japón es de las mejores consideradas por el público: SonoHana.

El porqué comenzar con una entrega como ésta, la razón de que en occidente se haya estrenado la franquicia de manera comercial con Sono Hanabira ni Kuchizuke o – Deatta Koro no Omoide ni (その花びらにくちづけを出逢った頃の思い出に) o como se le conoce aquí: A Kiss for the Petals: Remembering How we Met es porque mientras que el resto de juegos trataban sobre una relación ya comenzada, de distintas parejas, en éste la historia es un flashback sobre cómo se conocieron las dos heroínas (Risa y Miya) que además son de las favoritas en su país de origen y, aparte este juego no es hentai al haber salido para móviles allí, por lo que sacar un port de un juego para todos los públicos, con un gran atractivo visual y que es una precuela, era una buena oportunidad que no han dejado pasar de largo.

Volviendo la vista atrás.

A Kiss for the Petals: Remembering How we Met comienza con Miya y Risa caminando juntas hacia clase un día más, como cualquier mañana, bromeando sobre sus cuerpos y comentando que otra vez se ponían el uniforme de invierno, entonces a una de ellas se le viene a la mente la imagen de la primera vez que vio a su novia y se nos traslada al pasado para que seamos nosotros los que, a través de una visual novel cinética, veamos cómo se conocieron estas dos y qué tipo de relación tenían hasta que, poco a poco, se fueron enamorando hasta que decidieron comenzar a salir.

Cuando Risa ve a Miya por primera vez, siente un auténtico flechazo con esa chica morena misteriosa tan guapa que, sin duda, era nueva en el St. Michaels, ya que ella, como alumna veterana y estar siempre en el consejo estudiantil conoce a todo el mundo al menos de vista y es admirada por el resto de chicas de ese instituto femenino que tanto le encanta y que le hace sentirse tan orgullosa de sí misma al esforzarse siempre por ser la número uno  tener un expediente ejemplar sin faltar ni una sola vez a clase. Como es una apasionada de las historias románticas, prácticamente se imagina en dos segundos como la protagonista de una de ellas al ver a Miya, y eso se acentúa cuando ve que esa nueva chica va a su clase y que incluso se va a sentar junto a ella al asignarse los asientos por orden alfabético de apellido y tener ambas la A. Sin embargo, todos esos clichés de otros manga y novelas que tanta emoción le proporcionaban, se acaban ahí y muy pronto dejará de ver a su compañera como a un amor platónico, al descubrir que no es como ella se esperaba, pero no son tantas las diferencias entre ellas, aunque precisamente son ellas las que las mantendrán unidas hasta que un día, definitivamente sientan mutuamente algo.

La historia es bastante breve y no tiene rutas ya que se centra únicamente en esta pareja hasta el punto de que no llega a salir en pantalla ninguna otra compañera ni profesora ni nada dibujada, tan solo frases que dicen, porque Risa que es la que recuerda todo y lo cuenta no lo ve importante y lo borra de su mente a pesar de tener recuerdos tan nítidos; pero igualmente, pese a que podríamos haber tenido una historia más larga o más personajes con sus correspondientes rutas, su narración sobre ese momento tan especial y único para ellas es muy buena y tampoco a los preciosos diseños y CG’s o las voces de ambas chicas y mucho menos a su precio por debajo de los 10 euros, que está muy bien para pasar unas horas leyendo tranquilamente desde el ordenador.