Gráficos:
El juego utiliza el motor HPL2. Para quienes no estén puestos, decir que son las siglas de Howard Phillips Lovecraft, escritor de terror y misterio al que parafraseábamos al comienzo de este artículo. Los chicos de Frictional Games decidieron homenajear de este modo al autor del que beben casi todas sus obras al desarrollar un motor gráfico propio para sus juegos.
Técnicamente, que es lo que más importará a los presentes, hemos de reconocer que el motor tiene un buen rendimiento. Los gráficos son detallados y precisos, aunque no llegan a la altura de las grandes obras actuales.
Hay pequeñas imperfecciones en las texturas que los desarrolladores han logrado disimular con la oscuridad reinante en el título. No hay mal que por bien no venga. Ahorramos en trabajo y ganamos ambientación.
Donde sí se desmarca, ya que entramos en materia, es en los juegos de luces y la física de objetos, aprobando con sobresaliente.
Y dado que precisamente esos dos puntos son los más importantes en lo que nos ocupa… es perdonable que no tenga la capacidad de un CryEngine, por citar a la bestia parda de la actual generación.
Sonido:
Es difícil valorar Amnesia a nivel sonoro. Las escasas composiciones musicales son intensas, toscas y bruscas.
Únicamente nos daremos cuenta de que el juego tiene banda sonora cuando estemos demasiado ocupados huyendo de lo que aparece en pantalla como para detenernos a valorar la pieza musical.
Por el contrario, los efectos sonoros son irreprochables. Desde el sonido de la respiración de Daniel, más acelerada y pesada cuanto más terror siente, hasta el sonido ambiental, como el continuo goteo del agua contra el empedrado suelo, los gritos lejanos o el chirrido de una bisagra oxidada al abrir una puerta… todos ellos logran que la inmersión en el mundo que tenemos ante nuestros ojos sea profunda y satisfactoria.
Mención especial merece el asmático que añadió los efectos sonoros de las criaturas de pesadilla que pueblan el castillo. Ese hombre merecía un Oscar por su interpretación.