(Análisis) Splatterhouse

Más desmembramientos que en La Matanza de Texas.

Este juego es del tipo hack and slash y estaremos matando demonios sin parar bien con nuestros brazos desnudos o con armas que podamos encontrarnos incluso, a veces, con un brazo propio que por la razón que sea termine fuera de nuestro cuerpo en lo que se nos regenera uno nuevo con los superpoderes adquiridos tras ponernos la máscara infernal.

Las fases serán habitáculos abiertos en 3D dentro de la mansión o, en ocasiones, nos hallaremos con un espacio con aire retro en 2D donde avanzar esquivando pinchos o destrozando a nuestros enemigos en fila india.

Al igual que sucede actualmente en casi todos los juegos del género de éste que tratamos hoy aquí, nuestro personaje irá evolucionando con el paso del tiempo y es que, al conseguir sangre, nuestra barra de salud se incrementará si así lo queremos o desbloquearemos ataques más rápidos, más potentes o nuevos movimientos con los que esquivar o realizar mejores ataques.

Si por lo que sea, fracasáis en vuestra misión, podréis cargar la partida desde un punto de guardado rápido -los hay a patadas y se activan automáticamente- de un momento lo más cercano posible a la zona por la que ibais y, de ese modo, además podréis absorber más puntos de sangre en caso de que los hubiera en ese camino, para así agilizar un poco las subidas de nuestro personaje.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.