Ayer acudimos a las oficinas de Warner Bros para estar presentes en la presentación de Lego Batman 2 que estuvo a cargo de Sam Delaney, uno de los productores del juego, para estar enterados de las novedades de este juego en el que varios de los personajes de DC son muñecos de Lego y viven una aventura en unos escenarios creados a partir de bloques de construcción, siendo así todo destructible a base de golpes y pudiendo reutilizar en ocasiones algunas piezas para que creemos algo que nos sea más útil.
En esta ocasión no estaremos únicamente con Batman y Robin por Gotham City, sino que habrá unos cuantos héroes más como Superman o Wonder Woman a los que podremos manejar, teniendo cada uno sus poderes. De este modo, Superman podrá congelar a sus enemigos o Flash correrá como un rayo, pero además cada uno de los personajes tendrá trajes específicos que podremos ponerle para que adquiera otros poderes, ganando por ejemplo uno que nos otorga invisibilidad en el caso de Batman al principio del juego o uno de acróbata para Robin con el que podremos escalar y llegar a sitios insospechados, con una agilidad brillante como si de verdad estuviéramos recién salidos de un circo.
Sin embargo, esta vez no podremos meternos en la piel de los villanos, cosa que en el anterior sí se podía. Aun así, es una cosa por la otra, pero en el resto, tenemos más de lo mismo de lo que suelen ser los juegos de Lego (acción, construcción, risas, secretos, rejugabilidad alta) unida a una pequeña sorpresa, un modo libre y opcional de juego en un mundo abierto. Sí, tendremos un sandbox aparte de la historia principal donde podremos ir haciendo el gamba con el personaje que queramos de entre los que tengamos desbloqueados, permitiéndosenos incluso cambiar de muñeco en cualquier muñeco para hacer uso de los distintos poderes propios de cada cual o simplemente porque nos apetezca.
Sam nos enseñó cómo cada escenario se va resolviendo de una manera, la cantidad de ítems escondidos que hay en cada lado y, sobre todo, cómo no debemos ir nunca a lo loco sin pensar o nos matarán una y otra vez, quedándonos sin puntos con lo que eso implica.