(Análisis) Ninja Gaiden 3

Si hay un personaje clave y misterioso en la historia, ése es el regente de la máscara, un poderoso alquimista que parece tener respuesta a todos los peligros en que se ve envuelto nuestro protagonista, de modo que tendremos que combatir contra él o perseguirle como sea para hallar todas las respuestas.

Esta vez nuestra aventura se nos presenta como un hack ‘n slash de libro y es que no pararemos de repartir con la espada, salvo por algunos momentos en los que un arco que nos darán a las primeras de cambio tendrá su utilidad para alcanzar objetivos aéreos o a larga distancia.

Mucho se ha hablado de que solamente podamos utilizar una katana y un arco, pero nadie debería echarse las manos a la cabeza, ya que no solo es más que suficiente para disfrutar como enanos, sino que la propia trama explica cuándo obtenemos cada nueva espada y que se presume mejor que la anterior (aunque eso no se note, porque también hay cada vez más enemigos y más puñeteros) y no tendría sentido tener más arco que el que se nos da. Vamos, que lo de las armas es algo simplemente por coherencia con el relato, aunque para quien lo prefiera, habrá un par de ellas opcionales como DLC gratuito para ir con unas garras o una guadaña y dejar la katana en su funda bien guardadita.

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