(Análisis) Dead or Alive 5

De primeras, uno que no haya jugado nunca a ninguno de la saga Dead or Alive tirará por el clásico en estos casos de darle a todo al tuntún y a lo que salga, el problema de esto está en precisamente en que este juego no es como otros, que su sistema es muy complejo y profundo y que toca tener paciencia para no comer hostias como si no hubiera mañana. Eso sí, meterse en el modo historia ayuda bastante con cosas simples que valen para todos, los fundamentos del sistema triangular y cómo hacer alguna que otra cosa no demasiado complicada, como reventar a alguien contra la pared para seguirle pegando o realizar esquives agachándose. Y, si eso no fuera suficiente para uno y se prefiere más práctica, para eso está el modo de entrenamiento, tan habitual desde hace unos años en este género tan propicio para torneos y reuniones entre amigos o familiares.

Una historia muy cinematográfica.

Esta vez la historia está narrada a lo largo de 70 episodios cortos, en los cuales controlaremos a una buena parte del elenco (a algunos incluso en más de un tramo), pero ni llegaremos a jugar con todos los luchadores, ni tampoco desbloquearemos a todos los ocultos al pasarla al 100%, aunque sí que saldrá alguno más y eso que de primeras ya tenemos a un buen número de chicos y chicas con los que ir haciendo nuestros pinitos en los diferentes escenarios.

En este modo, parecerá en ocasiones que estemos viendo una película, con un montón de vídeo, de conversación, de escenas de todo tipo pero con una trama de fondo seria y en la que se desvelan cosas de la actual DOATEC tras lo que sucedió en DOA4 y de lo que no hablaremos por si alguien no ha jugado, para no destripar nada antes de que veáis el resumen de todo lo anterior dentro de este juego metido muy bien dentro de la historia sin aburrir.