(Análisis) Disgaea 3: Absence of Detention

Con esa premisa empieza esta historia tan loca protagonizada por Mao, un demonio ejemplar y coprotagonizada por Raspberyl (su polo opuesto), su amiga de la infancia más rebelde y malvada que uno podría imaginar. Una chica que hasta dona sangre a quien lo necesita y no solo va a clase, sino que hasta le da por sacar buenas notas. Esto es la vida al revés, y con las famosas vueltas de tuerca de la casa que tiene un prinny como mascota, nos encontraremos con un montón de hilarantes situaciones con conversaciones de lo más absurdas que harán que nos riamos como tontos mientras descubrimos cómo Mao persigue a su padre por borrarle una partida a un juego en el que llevaba cuatro millones de horas y estaba contra el gran Baal (una parodia en sí mismo, ya que se refieren precisamente a un Disgaea).

En combinar todo lo que está a tu alcance, está la llave del éxito.

No debemos olvidar que estamos ante un juego de rol táctico, de modo que no nos vendrá nada mal ir pensando una estrategia para cada uno de los mapas que nos encontremos en la historia, dividida en varios capítulos con un montón de episodios dentro de cada uno. Esta estrategia puede ser de muchos tipos, e incluso podremos mezclar varias si así lo queremos. Podemos optar por ir pasándonos el juego sin tirar de geopaneles y hacer como si no existieran y pasando de todo el sistema de aulas, votaciones y habilidades, yendo simplemente con lo que se nos da como base, pero seríamos un poco idiotas por no querer profundizar en todo lo que tenemos al alcance de nuestra mano y que además nos puede proporcionar mucha diversión, amén de entender por qué puede ser adictivo y puede disfrutar una tanto simplemente subiendo de nivel a sus personajes.

6 Respuestas a “(Análisis) Disgaea 3: Absence of Detention”

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.