(Análisis) Trinity Souls of Zill O’ll

Fantasía épica medieval en todo su esplendor

La riqueza de la historia, debida en parte a los mitos de los que bebe, no busca ser pretenciosa ni llamativa y logra mantenerse en alza, especialmente hacia la mitad y el final del juego. Más de uno verá despertada su curiosidad al apreciar la fidelidad con la que se tratan temas como los prejuicios raciales, y de cómo los protagonistas van dejando atrás estas redencillas y rencores para ir abriendo el corazón a la amistad. Por ejemplo, el protagonista, semielfo, es una persona cerrada y arisca ya que algunos humanos y elfos consideran su raza como algo deshonroso. Selenne, una Darkenith (vampiresa), pertenece a una raza repudiada por humanos que se sirven de la rumorología para predicar que «los darkenith se alimentan de sangre«, pero no especifican que no necesariamente es sangre humana. También veremos alguna que otra redencilla más clásica en la fantasía medieval: peleas entre elfo y enano que, opcionalmente, podremos solucionar.

La música es otro de los puntos fuertes del juego. Si bien algún tema puede pecar de repetititivo, los que cuentan con voz y coro son preciosos y emotivos. La mayoría de las canciones son orquestales, y logran transmitir a la perfección la esencia de la fantasía épica. A destacar la sensibilidad de Prelude 2 Massacre, que pese a ser una versión recortada del original, logra transmitir todo el dramatismo de las escenas más tristes del juego. Este tema fue compuesto por Yoshihiro Ike y cantado por Sasja Antheunis. Es una lástima que la versión completa, donde el espectador puede escuchar durante más tiempo la voz de Sasja, no pueda ser disfrutada en el juego o la Banda Sonora Original.

Uno de los puntos más llamativos del juego es la fidelidad que mantiene en ciertos aspectos con los juegos de rol más clásicos. Por ejemplo, el jugador pueda visitar a golpe de botón (las ciudades son menús, nada de recorrer sus calles) tabernas (fuente de nuevas misiones y recompensas), tiendas de magia, tiendas de armas y equipo y el gremio de aventureros (donde se aceptan misiones remuneradas). Hay todo tipo de misiones: escolta, rescate, caza, limpiar rutas comerciales de bestias, etc; por lo que no hay lugar para la monotonía. Las conversaciones servirán en ocasiones como pretexto para abrir otros arcos no obligatorios o para completar la información sobre un suceso «histórico» o sobre un personaje.

Conclusión

7,9

Conclusiones:

La magia de Trinity: Souls of Zill O'll no reside en perseguir la perfección, sino ofrecer algo fresco, sin abandonar sus raíces, a los seguidores del RPG o rol inspirado en la fantasía épica medieval. La historia puede pecar en ocasiones de avanzar de manera muy rápida en algunos puntos donde se precisan más detalles, por no hablar del poco carisma del personaje protagonista. Por suerte, este último punto logra solucionarse gracias a los personajes secundarios, quienes gozan de gran carisma y son menos genéricos. También se echa mucho en falta poder manejar a más personajes secundarios.
Sin embargo, la historia se muestra muy interesante conforme va cogiendo ritmo, y la jugabilidad mantendrá atado al mando a todos aquellos que gustan del género. La abundante cantidad de armas y accesorios, el amplio abanico de misiones opcionales, que pueden considerarse casi infinitas, lo detallado de sus paisajes y poder interactuar con el escenario y contemplar el paso del tiempo son algunas de sus virtudes, sin desmerecer a la música, que si a veces puede sonar repetitiva, sobre todo al principio, puede finalmente llegar a ser cautivadora. Por último, otra de sus grandes virtudes es su duración. Realizando misiones secundarias y entrenando personajes el jugador puede sobrepasar las 60 horas.

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