Al poco de comenzar el primer juego podremos contemplar al fondo del escenario cómo Ares destruye la ciudad de Atenas a medida que nos vamos acercando al lugar, ataque que continúa mientras el nivel se va desarrollando. La segunda entrega empieza con Kratos siendo acosado por el Coloso de Rodas en un apasionante primer nivel en el que la gigantesca figura nos persigue por toda la urbe, sembrando, como no podía ser de otra forma, el caos a su paso.
El tercer juego para PS3 elevaba todas las virtudes de sus antecesores al máximo nivel y entre ellas se encontraba, cómo no, la representación definitiva de un mundo inundado de destrucción en la confrontación definitiva entre el protagonista y los dioses, llegando a su máxima expresión en los enfrentamientos contra los titanes, momento en el que el propio enemigo era el escenario donde nos movíamos. La integración de ambas partes ofrecía una experiencia única en la que nos sentíamos el centro de la acción y del futuro del mundo donde nos encontrábamos.